El adiós sevillano al gran editor

"No existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre que es un referente para todos". Consuelo García Píriz, viuda de José Manuel Lara, el gran editor español que falleció el pasado 31 de enero, ponía con estas palabras fin al funeral celebrado ayer en la parroquia del Sagrario por el eterno descanso del que fuera presidente del Grupo Planeta y del Grupo Atresmedia. Con esta ceremonia religiosa, Sevilla, ciudad a la que estuvo muy vinculado este magnate español y de la que recibió el título de hijo adoptivo, le daba el adiós.

Al oficio religioso acudieron, además de su viuda y cuatro hijos, personas vinculadas con distintos ámbitos de la sociedad sevillana. Por parte de la Junta asistió el consejero de Justicia e Interior, Emilio de Llera, y por parte del Ayuntamiento lo hicieron el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido; el portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento y presidente del PP de Sevilla, Juan Bueno; y la delegada de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella. También estuvieron presentes Javier Arenas y el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones.

Del mundo empresarial acudió el presidente de Persán, José Moya, con su mujer, Concepción Yoldi, presidenta de la Fundación Persán. El presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, asistió también a esta ceremonia en la que asimismo estuvieron presentes el escritor y periodista Antonio Burgos, el torero Curro Romero con su mujer, Carmen Tello, y el viudo de la duquesa de Alba, Alfonso Díez.

El funeral lo ofició el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo. En su celebración participaron diversos familiares del difunto. El nieto de José Manuel Lara, Lucas Chumillas (de 9 años), leyó la primera lectura. La nuera y el yerno del editor fallecido, Anna Brufau y David Chumillas, respectivamente, hicieron lo propio con las peticiones.

En su homilía, el prelado hispalense destacó que "el título más grande de José Manuel Lara ha sido el de hijo de Dios", en referencia a la "transmisión que hizo de la fe a su familia; sin duda, la mejor herencia". "Fue un hombre cercano a los que sufren, generó puestos de trabajo, creó riqueza y la puso al servicio del bien común", destacó monseñor Asenjo. La viuda del editor concluyó la ceremonia confesando que "la familia está unida y esperamos superar el vacío que nos deja una persona tan grande".