La Aemet atribuye las lluvias torrenciales en Sevilla a una borrasca con "características subtropicales"

El agua acumulada, que superó al de un octubre promedio completo, estuvo dentro de los parámetros de precipitaciones en un aviso naranja

Las lluvias desbordan el Cerro del Águila y hacen flotar varios coches

Una mujer camina con dificultades por una calle arriada a causa de las lluvias torrenciales caídas ayer miércoles en Sevilla.
Una mujer camina con dificultades por una calle arriada a causa de las lluvias torrenciales caídas ayer miércoles en Sevilla. / Antonio Pizarro

En Sevilla y su área metropolitana se hizo ayer de noche sobre el mediodía. Hace siglos hubieran creído que era obra de algún dios o acaso el fin del mundo. Sucedió en un santiamén. Los termómetros bajaron casi tres grados y del cielo se desplomaron casi setenta litros por metro cuadrado hasta las cuatro de la tarde. La hora de comer, las horas del almuerzo, se convirtió en la hora de abrigarse y, en ciertas zonas de la ciudad y la provincia, de nadar y de navegar calle arriba, calle abajo. La responsable de todo fue una borrasca de "características subtropicales".

Explica Juan de Dios del Pino, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Andalucía, que una gran parte de la provincia de Sevilla y de Huelva vivió ayer, jueves, 29 de octubre de 2025, un fenómeno "muy poco frecuente". Del centenar torrencial de litros que cayó a lo largo de la jornada, 92 litros según los registros hora por hora de la Aemet, el periodo de mayor concentración de aguas se produjo entre las 12:00 y las 14:50, señala Del Pino mientras consulta en vivo los números: fueron cuatro litros cada diez minutos en esas casi tres horas y un pico de doce litros cada diez minutos alrededor de las 13:50. Estos números dan una dimensión de la envergadura de esa hora del almuerzo en la que de repente se hizo de noche.

El clima del suroeste peninsular concentra los episodios lluviosos en otoño y en primavera. Octubre, en efecto, según indica Del Pino, es una época de "precipitaciones variables" y la estación meteorológica de Tablada señala un promedio de 68 litros desde el año 1951 en este décimo mes del año que a punto está de acabar. Ayer llovió más por tanto que en un octubre todo entero de promedio. La tormenta de ayer recordó a la extraordinaria borrasca Bernard de hace dos años que también azotó a finales de octubre, también entró por la costa onubense y que atravesó la provincia de Sevilla derribando árboles y creando el caos. La diferencia es que ayer llovió algo más que entonces y que el viento fue menos huracanado, pese a las rachas ocasiones de más de 50 kilómetros por hora.

Aquella Bernard fue igualmente una borrasca de "características subtropicales", que "cada vez son más frecuentes" en estas latitudes, recuerda Del Pino, quien informa de que los técnicos de la Aemet están estudiando en este momento varios fenómenos costeros sucedidos en la provincia de Huelva que podrían catalogarse de tornados, unos sucesos que han sido insólitos hasta la fecha en esta parte del planeta.

Los parámetros pluviométricos de los avisos naranja y rojo

Esta gran tormenta se produjo bajo la definición de aviso rojo en el litoral de Huelva y en la comarca del Andévalo y de aviso naranja en la provincia de Sevilla, según figuró en la previsión de los técnicos de la Aemet. Que Sevilla no viera elevada la alerta a su nivel máximo, a su fase extrema, quedó refrendado por los resultados finales, a pesar de que la meteorología no es una ciencia exacta como lo son la aritmética y la geometría. "Lo hicimos muy bien y no lo diría de ese modo si no lo creyera sinceramente", afirma Del Pino con respecto al acierto de la predicción de la agencia.

Para que la Aemet sitúe en rojo el aviso meteorológico, detalla Del Pino, las precipitaciones han de ser de 60 litros por metro cuadrado en una hora o de 120 litros en doce horas. Ninguna de esas dos circunstancias se produjeron ayer. El aviso naranja contempla unas precipitaciones de entre 30 y 60 litros en una hora, que fue la predicción señalada para Sevilla por la agencia estatal, en cuya nota pública advertía además de cantidades alrededor de los 50 litros, esto es, "más cerca del aviso rojo que del naranja". Y de este modo se publicaron las comunicaciones porque los técnicos de la Aemet acudieron a observaciones añadidas a los meros modelos numéricos. Y lo que no sabe el común de los mortales es que las cifras y los datos teóricos previeron una mayor levedad que el análisis humano, el del técnico, que es la cocina del investigador. El componente humano frente a la máquina, ahora que está de moda la discusión.

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