La Gerencia de Urbanismo ha concedido la legalización de las obras de reforma parcial de la antigua juguetería Cuevas para adecuarla a un bar sin cocina, sin música, con televisión y la instalación de tres rótulos no luminosos en la planta baja. Este permiso viene precedido por el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, que aprobó un proyecto que ha estado rodeado por la polémica.

Los técnicos de la Gerencia apuntan que los propietarios del futuro negocio hostelero deberán cumplir con la nueva normativa que apuesta por la uniformidad estética en esta zona de la ciudad que arrancó a principios de año. La medida se realizó por decreto, al igual que se ha procedido en el eje que conforman la Avenida de la Constitución, la Puerta de Jerez y la calle San Fernando, donde a los titulares de comercios con rótulos, toldos y publicidades de todo tipo que se han considerado fuera de la estética acorde con el conjunto histórico declarado de la ciudad se les ha dado un plazo de retirada.

Los inspectores de Urbanismo procedieron a finales de junio al precintado del establecimiento después de que se emitiera la orden de “paralización inmediata” de los trabajos de reforma que se estaban llevando a cabo sin licencia. Se trata de una medida que no siempre se toma y que se reserva para casos donde se quiere aplicar una especial garantía de cumplimiento del decreto de paralización.

La reforma del antiguo comercio en cafetería no contaba con los informes favorables del servicio de licencias pese a que ya tenía instalada la barra y se provocaron destrozos en el azulejo característico de la juguetería, un símbolo para varias generaciones de sevillanos. Ahora, la Plaza de San Francisco tendrá un nuevo bar en el número 16, donde abrió la tienda de Francisco Cuevas, especializada en juguetes técnicos y de cuidada selección.

La juguetería cerró en las vísperas de la pasada festividad de los Reyes. El turismo masivo y el comercio por internet fueron claves para el cerrojazo a un negocio legendario, como tantos otros que han ido desapareciendo del casco antiguo, donde cada vez más abundan las franquicias y establecimientos dirigidos a los visitantes. Resta por conocer si este nuevo bar pedirá licencia para veladores en el espacio acerado que tiene justo delante de la fachada. La Plaza de San Francisco estuvo más de 80 años sin veladores hasta que el Laredo pidió licencia para instalar una terraza.

Destrozos en la azulejería original del antiguo comercio.