Apartamentos turísticos en un tesoro del regionalismo en Nervión

Desde la entrada en vigor de la regularización de los pisos turísticos a finales del año pasado hay una doble tendencia: el efecto mancha de aceite por la extensión de las viviendas con ese uso a otros barrios alejados del centro histórico en su sentido más estricto y la proliferación de apartamentos turísticos, los que ocupan un inmueble al completo. El último caso destacado guarda relación con uno de los tesoros del regionalismo en el barrio de Nervión. La Villa de Nuestra Señora de la Cabeza (y su edificio anexo) serán convertidos en doce alojamientos para los foráneos.

El proyecto básico para adecuar los dos edificios enclavados en el número 35 de la calle Cristo de la Sed y convertirlos en un complejo de apartamentos turísticos de una llave ya cuenta con el visto bueno de la Gerencia de Urbanismo tras los informes positivos de los técnicos y de protección contra incendios del Servicio de Licencias e Inspección Urbanística con fecha del pasado 18 de febrero.

El conjunto edificatorio está formado por dos fincas, una de estilo regionalista diseñada por el arquitecto Aníbal González en la parte delantera, edificación exenta que cuenta con un grado de protección C (Protección Parcial en Grado 1), y un edificio de uso administrativo sin protección situado en la parte trasera de la parcela, adosado a los linderos laterales y trasero. La villa cuenta con un pequeño sótano bajo rasante destinado a almacén y tres plantas sobre rasante: baja, primera y ático destinadas a uso terciario. El alcance del nivel de protección afecta a fachadas, niveles de forjado, tipo de cubierta y espacio libre protegido. Se permiten obras de conservación, acondicionamiento, restauración y consolidación, así como trabajos de reforma que conserven las fachadas, el sistema de cubiertas y niveles de forjados. El inmueble trasero cuenta con una planta bajo rasante y cuatro plantas sobre rasante. También está destinado a uso terciario.

Con un presupuesto que se acerca a los 800.000 euros, la promotora Market Dreams S.L. reformará esos dos inmuebles para que dispongan de doce apartamentos turísticos. La villa regionalista contará con dos en la planta baja, dos en la primera y uno en el ático. Por su parte, el edificio anexo dispondrá de tres alojamientos en la planta baja, tres en la primera y una en la segunda. La superficie total tras la rehabilitación será de 1.101 metros cuadrados.

Esta joya del regionalismo siempre ha estado al borde de la piqueta. Urbanismo denegó en junio de 2019 una licencia de obra para el chalé, ya que la solicitud de la promotora excedía el grado máximo de intervención permitido en la ficha de protección del catálogo del barrio de Nervión para esta edificación.

Ese no fue el primer expediente paralizado en la sede de la Gerencia. En septiembre de 2017 hubo un frenazo a una polémica demolición ante la presión institucional y ciudadana. La constructora que adquirió el inmueble alegó la carencia de protección urbanística sobre la finca para seguir adelante con los planes. Los técnicos respondieron pidiendo más documentación e instando a obtener el visto bueno de la Comisión Local de Patrimonio. El Servicio de Licencias e Inspección Urbanística admitió en su respuesta a la promotora Building Sevilla&Company Construcciones S.L. que sus planes son de una “relevancia social y patrimonial” que no aconsejan un informe favorable a su proyecto de “demolición total” de un edificio que es “claramente” un ejemplo de arquitectura regionalista y de los orígenes del barrio.

La Gerencia también aludió a la necesidad de atender el sentido de la propuesta de la moción del Pleno del Ayuntamiento aprobada a finales de julio de 2017 por la que los grupos políticos instaban a la catalogación del edificio para su protección. Los técnicos calificaron el proyecto de demolición de medida “irreversible”, por lo que indicaron que era necesario el “previo pronunciamiento” de la Comisión Local del Patrimonio Histórico de Sevilla. Advirtió que en caso de estimarse favorable la demolición solicitada, la finca debería contar con cerramiento y un tratamiento que la conserve siempre limpia y desprovista de vegetación y restos de suciedad.

El chalé fue adquirido por la sociedad Building Sevilla & Construcciones por 1.365.000 euros. La intención de esta empresa siempre fue la demolición del edificio para la construcción de viviendas en un lugar privilegiado de Nervión, muy próximo a la Gran Plaza, punto que constituye la milla de oro del mercado inmobiliario de esta zona de la ciudad. El Ayuntamiento trató de impedir el derribo con la moción aprobada por Pleno tras las iniciativas ciudadanas y de entidades conservacionista que dieron la voz de alarma. Se da la circunstancia de que este chalé sí estaba protegido en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1987, pero fue descatalogado en el nuevo plan general aprobado en el año 2006 al considerarse por los redactores del documento que había sufrido alteraciones.

El polémico proyecto contemplaba la demolición del chalé regionalista y también del edificio anexo situado a la espalda del mismo, más moderno. “Se plantea la demolición de los dos edificios situados en la parcela de referencia por no adecuarse a las necesidades programáticas y funcionales de la actual propietaria de la finca”, se apuntaba en la documentación. La parcela tiene una superficie de 799 metros cuadrados y una geometría irregular. Cuenta con un frente de fachada de 22 metros y una profundidad máxima de 44,8 metros.

Nervión cuenta desde 2018 con un catálogo de protección patrimonial que incluye 72 inmuebles. Ésta era una de las tres medidas para salvar los edificios regionalistas después de que el barrio llevase más de diez años siendo testigo de derribos de este tipo de construcciones. Las otras dos se completaron antes: suspender un año las licencias de obras en dos zonas acotadas, e incluir cinco inmuebles municipales en el catálogo periférico. El proceso contó con la participación de asociaciones y vecinos durante la exposición pública y periodo de alegaciones. Esto permitió incorporar, entre otros inmuebles, la fábrica de cerveza Cruzcampo, el hotel Los Lebreros, el edificio de Catalana Occidente o el colegio Santa Joaquina de Vedruna.

A partir de ese catálogo inicial que fue aprobado en marzo de ese año, el documento fue objeto de numerosas alegaciones promovidas por la Comisión Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa), la Asociación Ben Basso y vecinos. Los técnicos de la Gerencia admitieron más del 50% de las peticiones formuladas.