La arboleda perdida no es una licencia poética

La nevada del 28-F hipoteca el futuro de la economía comarcal Graves daños en encinas y olivos, sustento del cerdo y aceite

La arboleda perdida no es una licencia poética
La arboleda perdida no es una licencia poética
Francisco Correal

03 de marzo 2013 - 05:03

Los vecinos de la Sierra Norte de Sevilla no van a olvidar el día de Andalucía, jueves 28 de febrero de 2013, inicio de puente autonómico. Ese día, la mezcla del blanco de la nieve y el verde de los olivos, que deberían dar como resultado una hermosa postal que muchos turistas acuden a buscar desde diversos puntos de Andalucía, se tradujo en un desastre natural de grandes magnitudes.

Blanco de nieve, verde de una arboleda perdida. No es una licencia poética con derechos de autor de Rafael Alberti. "El panorama es desolador. La nieve ha destrozado encinas y olivos, un elemento fundamental en la economía de la comarca", dice Gonzalo de Madariaga, que vivió in situ la nevada del 28-F desde su finca en Alanís en dirección a Azuaga, ya en la provincia de Badajoz. No sabe si el Gobierno hará la declaración de zona catastrófica, como estudian solicitar algunos alcaldes de la zona, pero la palabra catástrofe es la más adecuada para describir este paisaje después de la nevada.

"Aquí están acostumbrados a que caigan tres, cuatro dedos de nieve, pero una altura de treinta centímetros no la recordaban ni los más viejos del lugar", explica el empresario sevillano. Los daños en encinas, algunas milenarias, y en los olivos, afectan a dos de los elementos sustanciales de la economía comarcal, el cochino de bellota y el aceite y las aceitunas. "Es un tipo de bosque mediterráneo. La nieve ha roto las ramas de los árboles, las desgajó. Está el suelo lleno de esas ramas difícilmente recuperables, fuente de infecciones y epidemias".

La perspectiva de Madariaga está a la altura de los repetidores de televisión de Guadalcanal, cuyo alcalde, Jesús Manuel Martínez, evaluó en un noventa por ciento los daños en el olivar, particularmente gravoso porque la campaña de la aceituna había sido muy mala y se confiaba en recuperarla el próximo año.

Ha habido poblaciones como Las Navas de la Concepción donde sus habitantes han estado casi treinta horas sin luz ni teléfono, hasta el punto de que el alcalde de dicha localidad tuvo que viajar a La Puebla de los Infantes para poder comunicarse. Pero hay pérdidas mucho más irreversibles. "El problema no es lo que ha pasado, sino lo que va a pasar", dice Gonzalo de Madariaga, afincado en la zona desde hace un cuarto de siglo, tiempo en el que no vio nada parecido.

"La fauna de la zona, el cochino de bellota, el jabalí, la perdiz, el venado, tarde o temprano lo superarán. Pero con los árboles la recuperación será mucho más lenta y el arbolado es fundamental en esta comarca. Se pueden tardar años, incluso siglos en esa repoblación".

Este drama agrícola y medioambiental ha coincidido con una curiosidad turística de quienes se acercaron a Alanís, Guadalcanal, Las Navas de la Concepción o El Cerro del Hierro a conocer bien pertrechados de medios fotográficos el alcance de la nevada. "La mayoría se han quedado en los núcleos urbanos y no son conscientes del desastre", dice Madariaga. Estos municipios están relativamente cerca de la capital, no más de cien kilómetros de distancia el más alejado, y en Sevilla no nieva desde 1954. Pero ese atractivo turístico se ha convertido en este caso en un arma de doble filo.

Además de la luz y el teléfono, de todo el suministro eléctrico en general, la zona también ha recuperado la normalidad en los accesos. En Alanís se reabrió al tráfico la carretera A-447 que une esta población con el municipio cordobés de Fuente Obejuna, aunque el alcalde de Alanís, Cecilio Fuentes, recomienda circular "con especial precaución" a partir del kilómetro cuatro.

Después de la nevada y sus devastadores efectos, estos municipios están en proceso de evaluación de daños. "Con las cosas que están ocurriendo en el mundo, puede sonar fuerte hablar de desastre natural", dice Gonzalo de Madariaga, "pero quien pase por aquí y vea lo que ha quedado en el campo verá que no es ninguna exageración".

El alcalde de Alanís ha emitido un bando municipal invitando a los vecinos de la localidad a informar de las pérdidas que han podido sufrir como consecuencia de la nevada estableciendo un plazo que terminará el jueves 7 de marzo, justo una semana después de estas excepcionales circunstancias climatológicas. Y en función de los resultados de esa evaluación de daños el Ayuntamiento decidirá qué figura de declaración solicitará al Gobierno: zona de emergencia o zona de actuación preferente.

La normalidad ha regresado a la Sierra Norte, pero esa tupida red que es como el icono de su singularidad económica tardará mucho tiempo en volver. "Los animales se pueden comprar, los árboles no", dice Madariaga en este réquiem vegetal que merecería el acompañamiento de la banda sonora que Antón García Abril compuso para el programa de Félix Rodríguez de la Fuente El hombre y la tierra.

En puertas de una semana de intensas lluvias, según todas las predicciones, la Sierra Norte recibió la embajada de unas nieves que han regado de fotos los álbumes de vecinos y visitantes y de inquietud y preocupación las expectativas económicas de unos regidores municipales que ven agravarse un sector, el agrario, que "ya afronta una situación dramática", en declaraciones de Cecilio Fuentes, alcalde de Alanís, a Europa Press.

El blanco de la nieve se borra en esta paleta mucho antes que su drástica incidencia. "Las encinas más viejas", dice Madariaga, "son las que más han notado el efecto de la nieve". Árboles compañeros seculares de la tierra que han perdido sus manos, arrancadas en una insólita poda que no estaba en el guión ni en los anales. Olivos, encinas, alcornoques, la flora del cerdo y el aceite, el binomio de esta versión andaluza de la dieta mediterránea que se ha visto doblemente golpeado por una postal con una trampa en el proceso de revelado.

En la cuenta atrás de la llegada de la primavera, el invierno ha dejado su impronta. En el norte del Sur el día de Andalucía dejó estampas idílicas, un precioso documental junto a unos repetidores de televisión, pero con unas consecuencias muy negativas para su economía. De proporciones incalculables.

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