La asignación tributaria supone casi un 14% de los ingresos de la diócesis

La asignación en concepto del IRPF que recibe Sevilla es importante, pero no es la fuente principal de ingresos de la diócesis. Los fondos procedentes en concepto de asignación tributaria suponen en los ingresos anuales de la diócesis de Sevilla entre un 10% y un 20% del total en función de la cantidad, según los años. En el caso de 2010, último ejercicio del que se han publicado por ahora las cuentas, el IRPF supuso un 13,86% del total de los ingresos. En el concepto de diócesis se incluye el Arzobispado propiamente dicho como estructura jerárquica y administrativa, todas las parroquias de la capital y su provincia, la Catedral, Cáritas, Manos Unidas, Domund y el Seminario Metropolitano, entre otros colectivos. Un dato sustancial es que en este concepto global de diócesis no están incluidas las cuentas de los conventos de clausura ni las hermandades, sobre los que habitualmente no se tiene ni un control efectivo ni un conocimiento directo. El resultado cambia si en lugar del concepto de diócesis sólo se aplica el del Arzobispado propiamente dicho.

En el capítulo de los gastos, el mayor para la diócesis hispalense es el de la conservación y funcionamiento de edificios, conm un 34%. Le siguen los salarios de los sacedortes, a los que se dedica un 16,41% del presupuesto y las retribuciones del personal seglar, con un 14,05%.

Mucho antes de que la Iglesia y el Estado acordaran suprimir la dotación directa en 2006, altos mandatarios de la Iglesia de Sevilla, como el actual deán de la Catedral y entonces vicario general de la diócesis, Francisco Ortiz, se habían pronunciado a favor de una apuesta por la autofinanciación. En España, la Iglesia siempre ha logrado algún tipo de dotación presupuestaria desde la Constitución de 1837, salvo el período de la I República, cuando se quedó sin asignación. Desde hace seis años funciona este sistema de financiación directa por el que la Iglesia, por ejemplo, ya no goza de la exención del IVA.