EL TIEMPO
La lluvia regresa este fin de semana a Sevilla

La ‘au pair’ que se quedó en Escocia

Sevillanos sin fronteras-pilar ortega, profesora de español en glasgow

Llegó hace 10 años a la ciudad en la que el Sevilla ganó su segunda UEFA para cuidar niños y aprender inglés · Una década después, esta sevillana de padres jerezanos y nacida en la avenida de Miraflores admite que su vida ya está hecha a las Islas Británicas.

Fernando Pérez Ávila

23 de junio 2008 - 05:03

Llegó a Glasgow hace diez años como au pair y terminó quedándose. Pasó de cuidar los niños de una familia extranjera a cambio de un techo bajo el que vivir a integrarse en la sociedad escocesa casi tanto como si hubiera nacido allí. Diez años después de llegar a la ciudad en la que el Sevilla ganó su segunda Copa de la UEFA, esta sevillana de la avenida de Miraflores y de padres jerezanos ha hecho su vida en Escocia y admite estar totalmente “britanizada”. Allí trabaja como profesora de español en Cambuslang, una localidad del cinturón metropolitano de Glasgow, y está a punto de terminar la carrera de arte dramático.

Dice que la ciudad en la que vive es “muy bonita” y que ganó el premio a la ciudad del arte y diseño en varias ocasiones. “Es de estilo victoriano, pero también combina el arte contemporáneo y vanguardista en los edificios. Yo vivo en el centro de la ciudad, hay muchísimos teatros, museos, y lugares de interés para el turismo. También es una ciudad magnífica para ir de compras”. Cuenta que la vida nocturna de Glasgow es “de lunes a domingo” y que sólo en el centro hay millares de bares, pubs y clubs.

Claro, que el tiempo acompaña únicamente en verano. “Llueve muchísimo y hace un frío que es para morise. Pero los veranos suelen ser buenos, con temperaturas alrededor de los 25 y los 30 grados”. Dice que el estilo de vida en Sevilla es más relajado que en las Islas Británicas. “La gente es más tranquila, eso sí. Los escoceses están siempre estresados y van con prisas a todas partes. Pero son muy buena gente, supersimpáticos, y tienen un sentido del humor que se parece mucho al nuestro, al andaluz”.

Algunas de las situaciones en las que se ha visto inmersa demuestran la simpatía de los escoceses. “Aquí me ha pasado de todo. Desde preguntarle a la gente cómo se va a algún sitio y ser acompañada todo el camino para asegurarse de que llegaba sin problemas hasta dejarme el monedero en un bar y que viniese un chaval corriendo detrás mía a devolvérmelo. La verdad es que los de aquí, de Glasgow, son muy buena gente y honestos y siempre están dispuestos a ayudarte”. Recuerda la primera vez que que fue a un ceilidh, un baile tradicional escocés. “Me sacaron a bailar sin saber los pasos. Me pasé toda la canción pisándole los pies a todos los que estaban bailando alrededor mía y al escocés que me sacó a bailar. Pensé que iba a salir despedida por el aire de tantas vueltas que di. Acabé mareada y eso que no bebí nada. Pero me lo pasé genial”. Pilar suele venir dos veces al año a Sevilla, una en verano y otra en Navidad, mientras que su familia se desplaza a Escocia una vez al año, “siempre en verano, que es cuando resisten el tiempo de aquí”.

Quizás lo peor que lleva es la comida, tan distinta a la española. “No es muy buena. Lo fríen todo en mantequilla y no es nada sana... La comida preferida de los escoceses es la india, especialmente el chicken curry, pollo con curry. Lo tradicional es el haggis, neeps and tatties. Son los intestinos de oveja mezclados con avena y especies que sirven con patatas hervidas y es cocinado a veces con whisky escocés. Se sirve el día de San Andrés, el 30 de noviembre, y también hay haggis vegetariano. Está bueno si no piensas en lo que te estás comiendo”.

Otro de los platos típicos es el black pudding, que se come en el desayuno. “Es sangre cuajada en forma de una salchicha. No la he probado ni creo que lo haré mientras viva... Eso sí, la pastelería aquí es exquisita y el chocolate Cadbury es buenísimo”.

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