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Arquitectura

Barrida del Carmen: la reivindicación patrimonial de un núcleo de viviendas sociales pionero del siglo XX

  • El IAPH lidera un proyecto que indentifica los valores de este conjunto del Movimiento Moderno para su correcta conservación

Vista aérea de la barriada del Carmen, situada junto a la Vega del Guadalquivir.

Vista aérea de la barriada del Carmen, situada junto a la Vega del Guadalquivir. / :Fondo gráfico IAPH (Fernando Alda).

Reconocer los valores patrimoniales de esta barriada realizada a finales de los años 50. Ése ha sido uno de los objetivos principales del proyecto de investigación aplicada _re-Habitar El Carmen, coordinado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) de la Consejería del Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía. Este amplio trabajo, recopilado en una gran publicación, revisa los valores patrimoniales de este conjunto residencial, situado junto a la Vega del Guadalquivir, un hito en el momento de su realización, y lleva a cabo una nueva lectura histórica y cultural de la obra diseñada por el arquitecto Luis Recasens Queipo de Llano en 1958. A los tradicionales valores estéticos, históricos, tipológicos, constructivos o de uso; se suman en esta visión del siglo XXI otros como la sostenibilidad, la representatividad y la identidad social, o los modos de vida y de relación entre los vecinos.

Cuando se habla de patrimonio histórico, en el caso de la arquitectura, se tiene la corta visión de que éste se limita a los grandes edificios de la ciudad o a los exponentes del Regionalismo. Pero en Sevilla hay grandes ejemplos de edificios del Movimiento Moderno (Momo) que cuentan con todas las características para ser considerados como patrimonio de primer orden que hay que reconocer y proteger. Un claro ejemplo es la barriada del Carmen, que contaba originariamente con 636 viviendas distribuidas en 52 portales, diez en torres y 42 en bloques lineales. La superficie total del conjunto es de 49.500 m2, de los que 11.710 m2 están destinados al tráfico rodado; y 19.600 m2 son espacios libres.

“La Barriada del Carmen representó desde su concepción la incorporación de una serie de soluciones básicas de habitabilidad para la ciudad del siglo XX que resultaron cruciales en el ordenamiento y salubridad de las migraciones a las grandes ciudades en la segunda mitad del siglo: creación de grandes islas o polígonos habitacionales, dignificación y confort de los espacios vitales (en Sevilla era poco corriente en aquel momento la presencia de cocinas y baños en todas las casas, pero además aquí con buenas soluciones de iluminación o ventilación) o la creación e integración de un nuevo espacio y trama urbana en la ciudad contemporánea aún vigente (el Carmen sigue siendo uno de los límites de la ciudad). A ello se sumaban los valores constructivos y estéticos de la propia barriada, diseño adaptado a la parcela, sosiego en las calles que ya entonces planificaban mitigar el tráfico rodado, huecos, azoteas y cornisas, edificación de grandes estructuras de hormigón, que entroncan con las obras de vanguardia de su época en esta tipología”, explica José Luis Gómez Villa, miembro del centro de Intervención del IAPH y coordinador del proyecto.

La barriada del Carmen en proceso de construcción. La barriada del Carmen en proceso de construcción.

La barriada del Carmen en proceso de construcción. / ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla. Fondo Serrano

El investigador reconoce que no existe un gran aprecio por la vivienda social contemporánea porque a veces se vinculan estos grandes polígonos residenciales con la marginalidad. A la insuficiente inversión pública para nueva vivienda, se une que tampoco se ha frenado la degradación de los conjuntos de viviendas ya existentes en las grandes ciudades. “La barriada de Nuestra Señora del Carmen aportó a Sevilla una solución habitacional pionera, en un momento de alta densidad migratoria, en la que la ciudad vivía aún en los siglos anteriores en lo referente a vivienda, con un elevado número de asentamientos y chabolas. Se construyó con los materiales y las soluciones que se daban fundamentalmente en Europa y Estados Unidos con el Movimiento Moderno desde el inicio del siglo XX”.

Muchas de las viviendas del Carmen siguen ocupadas por aquellos vecinos que tuvieron que abandonar los corrales y casas de comunidad de Triana y otros barrios de Sevilla. Otras, son mantenidas por los hijos o nietos de aquellos que las recibieron en los años 60. “Los vecinos del Carmen se sienten a gusto en su espacio vital. Demandan mejoras, las exigen, trabajan por ellas, pero quieren mantenerse en la barriada, aunque tengan oportunidades de teórica mejora lejos de ella. Un alto valor de identificación que incide en esa manera de narrar el patrimonio cultural desde nuestro tiempo”, recalca Gómez Villa.

La barriada vista desde la avenida. La barriada vista desde la avenida.

La barriada vista desde la avenida. / Fondo gráfico IAPH (Fernando Alda).

El proyecto Rehabitar del IAPH busca analizar la posibilidades de incorporar el patrimonio del siglo XX, concretamente las viviendas sociales, al discurso metodológico de estudio encaminado a la conservación de los valores patrimoniales. “El conocer para diagnosticar y diagnosticar, con el menor margen de error para intervenir, es la gran garantía que el conocimiento técnico, las ciencias y la tecnología pueden poner al servicio de la persistencia de nuestro patrimonio”. En ese sentido, otra de las claves del proyecto era su carácter asociativo, ya que cuenta con la colaboración del Instituto Universitario de Arquitectura y Ciencias de la Construcción de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, o la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Sevilla, la Fundación Docomomo Ibérico, las Escuelas de Arquitectura de la Universidad de Valladolid y la Politécnica de Cartagena, la Tongji University, así como especialistas en el patrimonio medioambiental, antropológico, fotografía o aplicación de normativas a este tipo de inmuebles. En total, han participado en el proyecto más de 50 técnicos, sumándose, como uno más, la propia comunidad de vecinos. El proyecto de investigación estuvo incentiovado por la consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad.

La barriada cuenta con varias zonas de esparcimiento. La barriada cuenta con varias zonas de esparcimiento.

La barriada cuenta con varias zonas de esparcimiento. / Fondo gráfico IAPH (Fernando Alda)

“Los vecinos del Carmen eran conscientes de muchos aspectos de sus viviendas que han sido fundamentales para rentabilizar el conocimiento técnico que ahora hemos contrastado. Ellos enumeraban sociabilidad, ventilación, iluminación, sosiego, familiaridad, identificación, pero ignoraban que estos valores también forjan las aristas para el reconocimiento del patrimonio arquitectónico del siglo XX. Cuando llegamos a una primera reunión con los representantes de la asociación de vecinos y les dijimos, así a bocajarro, que el Carmen era patrimonio, la reacción de algunos de ello fue un cruce entre incredulidad, sorna y recelo”, reconoce Gómez Villa.

Todos los análisis y estudios realizados en la barriada han determinado que presenta un buen estado de conservación, tanto en el sentido material como en el resto de los valores que el proyecto Rehabitar quería reconocer. El conjunto de viviendas no ha sido objeto de ninguna reforma integral, pudiéndose identificar perfectamente sus elementos originales, lo cual demuestra el buen funcionamiento de las edificaciones, así como su utilidad e identificación entre los vecinos y su hábitat urbano.

Vista aérea de la barriada y, al fondo, la dehesa de Tablada. Vista aérea de la barriada y, al fondo, la dehesa de Tablada.

Vista aérea de la barriada y, al fondo, la dehesa de Tablada. / Fondo gráfico IAPH (Fernando Alda)

El proyecto ha planteado una serie de líneas de actuación, exportables a otros casos similares, para la correcta preservación de todos los valores del Carmen. La primera sería el desarrollo de acciones para el reconocimiento de la vivienda social del Movimiento Moderno en Sevilla. Establecer medidas encaminadas al registro, documentación y difusión de los conjuntos, y documentar, para su análisis y estudio comparativo las transformaciones realizadas en las viviendas desde una perspectiva diacrónica.

Uno de los patios interiores de los edificios. Uno de los patios interiores de los edificios.

Uno de los patios interiores de los edificios. / Fondo gráfico IAPH (Fernando Alda)

En segundo lugar sería necesario mejorar la relación de la barriadas con la ciudad y su contexto mediante la intervención en el ámbito del muro de defensa y la transformación del límite sur de la barriada; dar más valor al espacio público y a las dotaciones existentes; formalizar un espacio de acceso y bienvenida; construir un edificio comunitario para el encuentro ciudadano; cualificar los edificios existentes; y acometer una actualización tipológica.

Otra de las claves es la actualización de las condiciones de habitabilidad de las viviendas: resolver los problemas de accesibilidad, optimizar los cerramientos mediante aislamiento térmico; mejorar los huecos, incorporando una nueva carpintería manteniendo o sustituyendo la existente; arreglar las cubiertas aislando por el interior o por el exterior; y modernizar el comportamiento energético.

En cuarto lugar, el proyecto plantea un Plan de Acción Social para mejorar las relaciones de los residentes: fomentar la investigación sobre los elementos relativos a la memoria histórica; establecer medidas de documentación y fomento de la historia social; acometer el acondicionamiento urbano mediante pavimentación, suministro e instalación de mobiliario y juegos infantiles en plazas y acerado interior; y estudiar la posibilidad de incorporar modificaciones en el Plan General de Ordenación Urbana que permitan servicios básicos en el interior de la barriada, de los que en la actualidad carece y se hacen necesarios, en especial, para personas mayores.

Por último, se propone intervención en el espacio público con criterios medioambientales y sostenibles: fomentar la superación del efecto barrera de la avenida Rubén Darío y la SE-30; desarrollar un plan micro climático de plazas, parterres y acerado interior; eliminar los aparcamientos desordenados; y acondicionar los espacios libres en albero.

Dos niños pasean por uno de los muchos espacios libres. Dos niños pasean por uno de los muchos espacios libres.

Dos niños pasean por uno de los muchos espacios libres. / Fondo gráfico IAPH (Fernando Alda)

“Con estas líneas genéricas se abre a los vecinos la posibilidad de argumentar una serie de prioridades para la conservación, así como la necesidad de establecer actuaciones coordinadas con las diferentes administraciones competentes”, resalta Gómez Villa.

Los vecinos del Carmen siempre han creído en su barriada y se sentían muy identificados con ella. Ahora, gracias a este proyecto de investigación del IAPH, también se sienten orgulloso porque saben que son custodios de un patrimonio muy importante.

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