Metrópolis: Torreblanca

El barrio al que la crisis golpeó dos veces

  • El hambre del campo trajo a mucha gente de los pueblos a buscar fortuna y la crisis de la construcción les dio un nuevo mazazo. Se van los bancos, no hay comisaría, pero la vida palpita por los recovecos de un barrio de barrios

La A-92 atraviesa el barrio en su comienzo. A la derecha, la zona conocida como Tres Calles.

La A-92 atraviesa el barrio en su comienzo. A la derecha, la zona conocida como Tres Calles. / Víctor Rodríguez

AHORA va en el 29, que sale del Prado de San Sebastián. Hace 35 años, José Pulido llegaba todos los días a Torreblanca en un coche de segunda mano matrícula de Albacete. Fue secretario de la Junta Municipal del distrito octavo entre 1983 y 1989. “Los años más felices de mi vida”, dice este sevillano de la Alameda que en diciembre celebrará sus bodas de oro con una chica de Los Pajaritos con la que se casó en la carretera de Su Eminencia.

Los Diablos Rojos es un mítico equipo de fútbol de Torreblanca y una hermosa metáfora política. Alguna vez dijo Alfonso Guerra que en ningún otro lugar de España el PSOE había sacado tanto porcentaje de votos. Dos de esos entrañables diablos se encuentran en la calle Pero Mingo, abierta por obras. En el número 11 de esta calle estaba el antiguo cuartel de la Guardia Civil.

Si preguntan por Jesús Pérez Romero, casi nadie lo conoce. Si dicen el Poeta de Torreblanca, muchos señalarán una modesta vivienda en la calle SanNicolás del Puerto donde vive este pancipelado, gentilicio de los nacidos en Montellano, la misma cuna que Juan Ignacio Zoido, que también ganó en este barrio en las municipales de 2011. El poeta lo ha sido todo en Torreblanca de los Caños. De antigua militancia comunista, fundó la primera Asociación de Vecinos, creó un grupo de teatro, Despertar, que sólo montó una obra, El Misterio Bufo, de Maiakoski, y le permitió conocer a la madre de sus cuatro hijos, abuela de sus cuatro nietos.

Es el historiador oficioso de la barriada. “Lo más antiguo de Torreblanca es el antiguo Bar Manolo (hoy Ataraxia), junto al bar Estanco, y los pabellones militares. En ellos estaba la torre blanca a la que le debe el barrio su nombre. La leyenda dice que allí estuvo encerrada doña Blanca”.

El 29 entra por las Lumbreras, único barrio con viviendas de precio libre de mercado. Lo deja por la antigua calle Brunete y entra en el atlas de la provincia. Un viaje por Umbrete, Marinaleda, Cañada Rosal, Arahal, Gines, Castilleja de Guzmán, Castilleja del Campo, El Rubio... Allí está el Centro de Salud. El antiguo estaba en la calle Torremejías, que separa Torreblanca la Nueva de la Vieja y tiene una pancarta en la que se lee “Policía Aquí”.

Torreblanca la Nueva agrupa a bloques de pisos modelo Los Pajaritos que se hacen en época de Franco. “Vino a inaugurarlos y sólo tenía puerta el que le enseñaron”. Franco dejó otra rúbrica en el barrio, que atraviesan la A-92 y el Canal del Bajo Guadalquivir o Canal de los Presos. Lo construyeron presidiarios “y los familiares de los presos se vinieron a vivir aquí”. Cuando abrían las compuertas del canal, los amigos se iban a pescar. Neorrealismo puro, aunque ya cerraron La Paz, el cine de invierno y Las Flores, el de verano.Torreblanca es pionera en muchas cosas. Fue el primer barrio donde se hizo una marcha en bicicleta por el 28-F y el primero en el que se dieron charlas sobre sexualidad. En el llamado cine Ranchito organizaban los festivales flamencos. “Por allí pasaron todos”, dice Jesús Pérez, “menos Menese, que siempre estaba fuera, y Camarón, que pedía un millón de pesetas”.

Juan Jiménez Panzuela nació en El Vacie en 1952 y con cinco años vino a este barrio. Mientras espera a su nieto, con otros vecinos presencia las obras en Pero Mingo: en un gigantesco camión se llevan el esqueleto de muchos árboles. Aquí también se tala. Manuel Oviedo sale del bar Pepe Toro. “Siempre hay mucha gente porque es el sitio donde se juega al dominó”. Nació en El Viso del Alcor, se crió en La Campana y se vino de niño con sus padres a esta barriada. Es vigilante en una guardería al final de la calle Higuera, antes lo fue en el Museo de Bellas Artes, nocturno, y hablaba a solas con los Murillo.

A Torreblanca la golpeó dos veces la crisis. La de los pueblos, “el hambre”, dice Oviedo, trajo a mucha gente en busca de oportunidades, que coincidieron con los desplazados por la riada del Tamarguillo. “En la construcción se ganaba bastante dinero, llegó la crisis de la burbuja y otra vez al paro”. De hecho, han cerrado la mitad de las entidades bancarias. La marginalidad abreva en esas carencias y se agiganta.Un barrio sencillo hasta en el nombre de sus negocios: Frutería el Campesino o El Pollo Marchoso, especialidad comida mediterránea. Pasados los pueblos del callejero, llegan las torres, que darían para una fortaleza interminable. Topónimos conocidos y exóticos, deTorreperojil a Torrejón de Ardoz. En la calle Torrellana está el colegio Tierno Galván, uno de los seis centros educativos. El líder del PSP del que llegaron Borbolla, Fermín Caballero o Antonio Pérez, como recuerda Pulido en su regreso lleno de emociones. Vivió episodios como el traspaso de los autobuses de Casal a Tussam; la apertura del nuevo Centro de Salud o la Escuela Taller cuyos alumnos construyen una plaza en el antiguo mercado. En el centro, plantaron un laurel de Indias que es uno de los monumentos vivos. La antigua fundición es un Dia del que sale Miguel García Mesías, 49 años en la plantilla de Lipasam, vecino de la calle Bormujos.

La Plaza del Platanero es el corazón de Torrenueva la Nueva, curiosa paradoja. Al final termina Sevilla y está la carretera de Mairena. Una ardilla podría recoger esta zona del barrio sin caerse de los nombres de sus calles:Pino, Olmo, Abedul, Albérchigo, Madroño, Drago, Cerezo, Ciruelo, Sándalo, Ébano o la Plaza de las Acacias junto a la parroquia de San Antonio de Padua, que en abril de 2019 celebrará las bodas de plata del Cautivo de Torreblanca. “Esta explanada sólo la llenaron Cantores de Híspalis”.

Tres Calles son tres calles cuyos residentes pagaron una entrada de quince mil pesetas. En la exterior está el bar Jaramago, que abrió hace cuarenta años Carmen Segura, prima de Pulido que se vino desde Arahal. Saludan a José María García Cordón. “He podido irme, pero me quedo aquí”. Fue camionero en Alemania, alicatador, ensolador. Tuvo la primera Mobylette del barrio y se casó con Pepi, trianera. De luna de miel fueron a Fregenal de la Sierra, su pueblo natal. Al lado, el campo de fútbol del San Antonio. Los porteros tiene que ser buenos, porque junto al estadio muere la calle Chopo. Jesuli es el héroe local en los cromos de fútbol. Un virtuoso sevillista que tuvo peña en el Celta de Vigo.

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