Ilusión, música y azúcar. Mucha azúcar. Toda cuanto cabe en una tarde, la del 5 de enero. La que esperan miles de niños en los pueblos sevillanos. La que ayer llenó de juguetes y serpentina las calles que recorrieron Sus Majestades de Oriente, los que hoy han dejado numerosos presentes en los hogares.

Frente a la moda de Papá Noel y otras tendencias importadas de países extraños, los Reyes Magos se reivindican en la provincia como tradición propia. A remolque de tractor y papel picado. Con horas de trabajo, cariño y, sobre todo, mucha expectación. Las cabalgatas de la víspera de la Epifanía de los municipios sevillanos se han convertido en un aliciente para hacer un recorrido por la Sevilla que trasciende de la capital. Las hay de todo tipo y para todos los gustos. Desde las escenas viviendas de Guillena a la sofisticación de Villaverde del Río, auténtico alarde de buen gusto.

Las hay también muy abundantes en regalos: desde balones a jamones. Y hasta teléfonos móviles. Todo cabe en una provincia donde hoy los Reyes Magos seguirán recorriendo sus calles.