avances en la investigación frente al cáncer

El Hospital Macarena participa en un ensayo clínico mundial sobre cáncer de mama metastásico

  • El hospital sevillano forma parte del estudio Monaleesa-3 que abre la puerta a una mayor supervivencia a través del uso de ribociclib en pacientes posmenopáusicas diagnosticadas 

El jefe de Oncología Médica del Hospital Virgen Macarena, Luis de la Cruz, a las puertas del centro.

El jefe de Oncología Médica del Hospital Virgen Macarena, Luis de la Cruz, a las puertas del centro. / Juan Carlos Vázquez

En torno a 33.000 mujeres serán diagnosticadas este año de cáncer de mama en España. Entre 6.000 y 7.000 casos pertenecerán a Andalucía, de los que unos 1.300 afectarán a pacientes de la provincia de Sevilla. Además, entre un 15 y un 20% presentarán metástasis e incluso un 5% de ellos debutarán en forma metastásica. Unas cifras dramáticas frente a las que la única esperanza es avanzar en la investigación de estrategias terapéuticas que permitan controlar la enfermedad a largo plazo, conseguir convertirla en una patología crónica y, como para cualquier tipo de cáncer, garantizar, no sólo una supervivencia alta, sino también una buena calidad de vida.

Luis de la Cruz es el jefe de Oncología Médica del Hospital Virgen Macarena y asegura que estos son "los objetivo de todos los oncólogos ante cualquier situación tumoral". En vías de avanzar hacia esos retos y a fin de poder hacer accesibles a sus pacientes tratamientos de manera precoz, su equipo de trabajo participa en numerosos ensayos clínicos a nivel nacional y mundial con resultados, en algunos casos, muy favorables.

El cáncer de mama metastásico es una enfermedad con manifestaciones clínicas muy variables y que actualmente constituye uno de los grandes retos en la investigación y en la práctica clínica en oncología. Alrededor de 1 de cada 5 casos de cáncer de mama es HER2 positivo3, es decir, un cáncer con altos niveles de proteína HER2 (receptor del factor de crecimiento epidérmico humano 2), que promueve el crecimiento de las células cancerosas. Estos cánceres tienden a crecer y propagarse más rápido que otros tipos de cáncer de mama, siendo uno de los que tiene peor pronóstico por lo que su abordaje no sólo debe ser terapéutico sino, además, integral, teniendo en cuenta las múltiple inquietudes que causa en las afectadas, y que pueden condicionar una mejor o peor evolución.

"Son casos muy complejos para los que nuestros objetivos pasan por la calidad de vida y prolongación de la supervivencia. De trata de una enfermedad en la que, desgraciadamente, no podemos hablar de curación, pero en la que sí sabemos que podemos lograr una cronificación y una ampliación en la supervivencia de nuestras pacientes de años, y no pocos, y por eso es tan importante cualquier avance", afirma el especialista.

Un buen ejemplo es el estudio Monaleesa-3, con presencia en medio centenar de hospitales del todo el mundo y en el que ha participado el Macarena con la inclusión de 15 pacientes. El mismo ha conseguido demostrar la utilidad de Kisqali (ribociclib), de la farmacéutica Novartis, para prolongar la vida, no sólo de las mujeres premenopáusicas con cáncer de mama metastásico (CMM) HR+/HER2 –como ya reflejó el estudio Monaleesa-7– sino también aumentar la mediana de supervivencia de las mujeres posmenopáusicas a más de 50 meses. Estos resultados, que han sido presentados recientemente en el encuentro anual de la ASCO (American Society of Clinical Oncology) abren la puerta a un cambio en la práctica clínica por la oportunidad que ofrecen de lograr prolongar la vida preservando la calidad de la misma.

"Demostrar con éxito mejoras en la supervivencia global en una enfermedad incurable como el cáncer de mama metastásico es un logro muy significativo. Junto a estos avances, otra meta es conseguir cada vez más tratamientos que sean bien tolerados, la máxima supervivencia posible y que, incluso, algún día podamos lograr terapias que puedan llegar a curar la enfermedad en situación avanzada. Lamentablemente, esto es a día de hoy más un deseo que una realidad, pero evidentemente es el objetivo de todos los oncólogos", manifiesta el doctor De la Cruz.

En concreto, el estudio se ha desarrollado mediante la administración aleatorizada de dos brazos de tratamientos en dos grupos de pacientes. Por un lado, evaluó el uso de Kisqali más fulvestrant, que es un medicamento que se emplea de manera habitual en los casos de cáncer de mama, como tratamiento de primera o segunda línea, en comparación con la administración sólo de este último fármaco en monoterapia en mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama metastásico HR+/HER2. El análisis determinó con un seguimiento de más de cuatro años, que Kisqali, en combinación con fulvestrant, continuó demostrando un beneficio en la supervivencia global clínicamente relevante de más de un año, en comparación con el grupo al que sólo se le administró fulvestrant en monoterapia.

El mismo estudio concluye que el tiempo hasta la quimioterapia se retrasó 4 años (48,1 meses) en mujeres posmenopáusicas tratadas con Kisqali en combinación con fulvestrant, mientras que en el otro grupo de pacientes la quimioterapia se empezó a aplicar a los 2,4 años (28,8 meses).

Unos avances que, en palabras del doctor De la Cruz, van a "impactar muy notablemente" en el abordaje de este tipo de cáncer de mama, pero ante el que aún siguen existiendo muchos retos. "Desgraciadamente, seguimos en la línea de los últimos años. La meta es lograr tratamientos personalizados en todas y cada una de nuestras pacientes para que se beneficien de la mejor manera de las terapias disponibles y que sean, además, terapias bien toleradas y que les permitan hacer una vida completamente normal y, obviamente, si se puede incluso llegar a plantear, alcanzar el final que sería que estas enfermedades en un futuro llegaran a ser curables", afirma el oncólogo, que considera que, en esta línea, los grandes avances van a venir de la mano de la investigación traslacional. "Que nos centremos en usar tratamientos basados en mecanismos de acción y sabiendo exactamente cuál es el talón de Aquiles de cada tumor en cada paciente y poder atacarlo, erradicarlo y controlar la enfermedad a largo plazo", concluye.

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