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Sevilla

Cinco años de cárcel por clavar una botella rota a un amigo tras emborracharse en la Feria

  • Pese a la "epidemia de amnesia de los testigos y de la propia víctima", el juez condena al acusado por un delito de homicidio en grado de tentativa con el atenuante de embriaguez.

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a cinco años de cárcel y al pago de una indemnización de 33.962,75 euros a un joven de 24 años, identificado como M.G.H., por agredir y clavar en el pecho a un amigo una botella de cristal que previamente había roto tras pasar ambos la noche bebiendo en la Feria de Abril. En la sentencia, la Sección Cuarta de la Audiencia condena al acusado a cinco años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa con la atenuante de embriaguez, mientras que también le prohíbe acercarse a menos de 200 metros de la víctima y le impone una indemnización de 33.962,75 euros por las lesiones y secuelas. 

Los hechos tuvieron lugar sobre las 8:00 del día 25 de abril de 2010 en la calle Salmedina de Sevilla, cuando se produjo una discusión seguida de una pelea entre el acusado y su hasta entonces amigo, los cuales "se encontraban embriagados por el copioso alcohol ingerido" tras pasar la noche en la Feria.  En el curso de la pelea, el imputado empuñó una botella de cristal que previamente había roto y, "con ánimo de acabar con la vida" de su amigo, se la clavó dos veces "con gran fuerza" en el pecho y en la axila izquierda, produciéndole sendas heridas "de las que de inmediato brotó una profusa hemorragia".

Seguidamente, el acusado se dio a la fuga y se refugió momentáneamente en casa de un pariente, donde se despojó de la ropa ensangrentada que llevaba puesta, todo ello mientras amigos comunes que habían presenciado lo sucedido trasladaban al herido al Hospital Virgen del Rocío, donde el agredido llegó en estado de shock hipovolémico y hubo de ser sometido "con la máxima urgencia" a una "delicada" intervención quirúrgica, "sin la cual hubiera fallecido irremisiblemente"

La víctima, de 27 años, requirió para su curación de la transfusión de siete unidades de sangre, tardando en curar 150 días y sufriendo como secuelas cinco cicatrices y alteraciones motoras y sensitivas en el brazo izquierdo. 

"Epidemia de amnesia de los testigos"

La Audiencia dice que "pese a la epidemia de amnesia que afectó en juicio" a los principales testigos, "empezando" por la propia víctima, "no cabe llegar a otra conclusión razonable que la de que los hechos enjuiciados" tuvieron lugar de la manera en que se han relatado, "y no como interesadamente los narra el acusado, porque sólo la versión" considerada probada, "y no la pretendidamente exculpatoria, es congruente con los datos probatorios disponibles". Así, el acusado alegó que las heridas sufridas por el afectado "se produjeron accidentalmente, al rodar ambos al suelo como resultado del empujón de un tercero, cayendo el acusado encima del lesionado, que era quien portaba en la mano la botella rota, que se clavó así en su cuerpo sin intervención de aquel", una versión que "sencillamente no puede ser verdad".

La Audiencia relata que ninguno de los testigos que presenciaron el incidente menciona, "ni antes ni después de su ataque de desmemoria", que en la pelea interviniera una tercera persona, a lo que se suma que las forenses dijeron que la versión del imputado "podría explicar la herida en el tórax, pero es en la práctica incompatible con la herida en la axila, que queda protegida entre el brazo y el tórax en cualquier hipótesis normal de caída al suelo".  "Descartada por su extrema inverosimilitud la versión del acusado, si sólo él y la víctima participaron en la pelea, se impone sin margen de duda razonable la conclusión de que fue el propio acusado quien clavó intencionadamente la botella rota en el cuerpo de su amigo y circunstancial oponente", argumenta el tribunal.  

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