La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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Las familias de etnia gitana procedentes del desalojo del poblado creado entre el puente de Juan Carlos I y el puente de hierro de San Juan de Aznalfarache y que volvieron de nuevo a la zona de Tablada tras haber sido expulsadas del Charco de la Pava, de la carretera de la base de helicópteros de El Copero y más tarde de una zona de naranjos de San Juan de Aznalfarache, permanecen a la espera en el enclave inicial de su singladura, pero temen un nuevo desalojo.
Una de las portavoces del grupo de familias chabolistas, Aurora, manifestó que "mientras que no venga la Policía, nos quedaremos aquí", e indicó que si finalmente son desalojados de nuevo, no saben "a donde ir".
Asimismo, Aurora dijo que todas las familias continúan en el asentamiento originario donde fueron a parar tras marcharse de las Tres Mil Viviendas, el asentamiento de la zona de Tablada, al que volvieron hace tres días al ser desalojados de una parcela de naranjos perteneciente al término municipal de San Juan de Aznalfarache, cuyo alcalde, Juan Ramón Troncoso (PSOE), decretó la expulsión de estas personas.
Así las cosas, según Aurora, la policía les comunicó que podían permanecer en el asentamiento en el que están actualmente, entre el puente de Juan Carlos I y el puente de hierro de San Juan de Aznalfarache. Aun así, los chabolistas tienen miedo de que las cosas cambien y "piensen otra cosa".
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