El chef sevillano Javi Abascal defiende pedir una señal en las reservas de Navidad: “No se puede jugar con el pan de mis hijos"

"Nos dejaron tirados una mesa de 7 comensales y no cogían el telefóno hasta que llamé con mi móvil personal", asegura Abascal

El Gobierno andaluz recuerda que los bares pueden cobrar por la cancelación de una reserva

Javier Abascal defiende la política de cancelación en los restaurantes

Segunda quincena de diciembre en Sevilla. Si este fin de semana no tienes una rerserva hecha bien planificada con amigos o familia, es que estás en plena búsqueda de día y sitio. De este modo, la Junta de Andalucía ha recordado que existe la posibilidad de que los restaurantes soliciten una señal para confirmar una reserva, especialmente durante la campaña navideña. Se trata de una práctica amparada por la normativa vigente y esperada para el sector hostelero. Así lo defiende el chef sevillano Javi Abascal, responsable de establecimientos como La Lola, en pleno centro de Sevilla.

Hace pocos días el chef tuvo que vivir uno de estos episodios en otro de sus restarantes, algo que precisamente ha motivado su defensa pública de esta práctica, como reservas de grandes grupos que no se presentan ni avisan. “Es tan fácil como avisar. Si no vas a venir, avisa, que no pasa absolutamente nada”, insiste Abascal, que recalca que la medida no busca penalizar al cliente, sino proteger el trabajo de los profesionales del sector.

De este modo, y tras un reciente suceso, Abascal valora positivamente una pedida que ha de ir acompañada de una una política de cancelación clara. “Es una práctica totalmente legal”, subraya, al tiempo que reconoce que la aclaración llega “un pelín tarde”, tras años en los que muchos hosteleros han sufrido plantones reiterados, especialmente en fechas de alta demanda.

En el caso de La Lola, el restaurante informa al cliente de su política de cancelación tanto por correo electrónico como mediante mensaje de confirmación de la reserva. Para formalizarla, se solicita una tarjeta bancaria, aunque no se realiza ningún cargo previo. “La persona lo acepta, mete su tarjeta de crédito y no le cobramos nada. Solo se cobra una vez que se cancela sin avisar”, explica. La penalización oscila entre los 20 y 30 euros por persona, en función del ticket medio del establecimiento.

El sistema varía según el concepto de cada local. En Lieva, un restaurante más tradicional y con reservas mayoritariamente telefónicas, solo se solicita un adelanto en el caso de grupos, generalmente a partir de ocho o diez personas. En Itálica, la señal se aplica a reservas de grupos de doce comensales o más y siempre tras una comunicación expresa con el cliente.

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