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Sevilla

Urbanismo ordena el cierre del bar Capitán Salitre en Conde de Torrejón

  • Los dueños del bar cambiaron el uso de comercial a recreativo sin licencia

Un joven camina a la altura del establecimiento, en los números 32 y 34 de Conde de Torrejón.

Un joven camina a la altura del establecimiento, en los números 32 y 34 de Conde de Torrejón. / Antonio Pizarro

La Gerencia de Urbanismo ha ordenado la inmediata suspensión de un bar enclavado en Conde de Torrejón, a escasos metros de la capilla de Montesión y del mercado de la Feria. Esta resolución se produce después de que en las caracolas de la Isla de la Cartuja conste una declaración responsable sin técnico que no abarca la reforma realizada en un local que se encuentra enclavado en los números 32 y 34 de una calle que une la Alameda de Hércules con Feria.

En el expediente de la Gerencia aparece que el establecimiento no dispone de la licencia necesaria para el cambio de uso comercial a recreativo. Además, la propiedad ha eliminado sin permiso una cubrición de material traslucido ondulado que existía en el patio central de la parcela al nivel del techo de la planta baja. En su lugar se ha colocado un forjado rematado en la zona alta con solería de gres de poco más de 11 metros cuadrados.

Los técnicos censuran que el bar Capitán Salitre cuenta con un pilar metálico en la planta baja del muro interior de la primera crujía sin revestimientos; el local ha sido distribuido con dos barras al público instalando barriles de cerveza y aseos; y la fachada y sus carpinterías de los huecos fueron pintadas antes de colocar unos revestimientos metálicos y sobre estos una publicidad con el lema Bar Lola de Dios. El expediente finaliza solicitando que se legalice y restituya lo no legalizable.

Los técnicos exigen que se legalice y restituya las obras no legalizables

No es la única intervención de Urbanismo en la zona. Entre el abundante legado que dejó Juan Talavera y Heredia en la ciudad se encuentra un inmueble regionalista que asoma en una de las esquinas de la Alameda de Hércules. Antes del verano cayeron algunos cascotes a la altura del número 44 de la calle Amor de Dios, lo que obligó a los Bomberos a intervenir para evitar males mayores. Eso provocó que la Gerencia ordenase a la propiedad de la finca (que cuenta con un grado de protección parcial en grado 1) la ejecución de medidas urgentes de seguridad.

Entre esas medidas exigidas por los técnicos se encontraban la revisión de los revestimientos continuos de las fachadas del edificio, incluyendo el torreón, los pretiles de la azotea y los cerramientos laterales y traseros. El trabajo incluía la detección y picado de las zonas sueltas, y nuevo revestimiento de las zonas saneadas y descarnadas con similares características a los preexistentes.

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