El Cine Cervantes hace balance de su reapertura: "No se han cumplido las expectativas con las que abrió"

El turismo y la edad avanzada del público del centro hacen mella en este BIC de la calle Amor de Dios

El Cervantes reanuda su historia de amor con Sevilla

Entrada principal del Cine Cervantes, en el número 33 de la calle Amor de Dios.
Entrada principal del Cine Cervantes, en el número 33 de la calle Amor de Dios. / Juan Carlos Muñoz

La pandemia de la Covid-19 provocó su cierre en 2020. Tres años después resurgió como el ave fénix con un aire renovado, adaptado a los nuevos tiempos sin perder la esencia que solo tienen los lugares singulares. El Cine Cervantes ha sido testigo del preciso instante en que muchos sevillanos conocían el amor a través de los ojos de las grandes estrellas de Hollywood, descubrían los efectos especiales volando a otras galaxias en nave especial y trataban de desentrañar los crímenes más enrevesados. Más de 150 años de historia dan para mucho. Para más de lo que cualquiera podría contar. El enclave se ha sobrepuesto al paso del tiempo. A las novedades tecnológicas. A los nuevos gustos. A las plataformas que sugieren que el sofá es mejor opción que una buena butaca con palomitas. Un año y medio después de que volviera abrir sus puertas, Segismundo Hernández, de la empresa Unión Cine Ciudad, hace balance: "No se han cumplido las expectativas con las que abrió".

Afirma con rotundidad que el cine está lejos de experimentar "una fase crítica", pero sí considera que el reto era, al menos, "no perder operativamente". Ni siquiera se trata "de ganar dinero", sino de "tener un equilibrio operativo". Un fin que, asegura, "no se ha conseguido". De hecho, el espacio "puede afrontar estas pérdidas" gracias a "la colaboración" del resto de los cines del circuito: Metromar Cinemas 12, Los Arcos Multicines y Avenida 5 Cines.

Parte de la culpa podría tenerla la propia gentrificación del centro histórico. Que se encuentre en la calle Amor de Dios, una zona que cada día tiene más turistas y menos vecinos, no ayuda a su supervivencia. "Es verdad que tenemos un público recurrente, pero es muy mayor y muy escaso", reflexiona Hernández y recalca que estos asistentes "van a ver todas las películas, siempre son los mismos, pero con 20, 40 o 100 personas no podremos mantener la continuidad del cine".

"Sigue siendo querido por Sevilla, pero necesita apoyo"

También hace hincapié en que los propios largometrajes no funcionan igual en un cine que en otro. Ya sea por el público al que se dirigen o por la propia naturaleza de la cinta: "Ha funcionado estupendamente Cónclave, una película que la gente ha querido ver en el Cervantes, sin embargo, hay otras como Superman que funcionan muy bien en otros cines y en el Cervantes mal".

Lo cierto es que el espacio ha encontrado su filón en las proyecciones especiales y privadas, también en los estrenos en los que han participado directores y miembros del elenco e incluso su entrada en el circuito del Festival de Cine Europeo ha contribuido significativamente con su revitalización. Iniciativas extraordinarias que "sí funcionan bien" y, ahora mismo, suponen el principal sustento para que siga abriendo cada día.

"La gente se queda sorprendida", indica Hernández, cuando visita el Cervantes. Explica que siempre ve a algún asistente tomando fotos de la lámpara que preside el patio de butacas o "haciéndose selfis en el pasillo". No es para menos. Se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC). "Sigue siendo querido por Sevilla, pero necesita apoyo", apostilla y valora que "no solo de la administración pública, también de los sevillanos". A su juicio, "es muy fácil decir: qué bonito es el cine, pero no ir nunca".

Lo cierto es que el Cine Cervantes lleva poco más de un año abierto tras haber sido sometido a algunas reforma como una tecnología renovada gracias a la inclusión del sistema DAS (Dolby Accessibility Solution). Hernández apunta que no se puede tomar "la decisión de cerrar" en tan poco tiempo, pero sí explica que si la situación sigue "por este camino, conozco pocas empresas que tengan abierto un establecimiento con pérdidas continuas, año tras año".

La lucha contra los grandes multicines que coronan los centros comerciales es un campo de batalla que queda muy lejos de la andadura del Cine Cervantes, porque "sería como combatir contra Superman". El encanto de este inmueble radica en que los asistantes vivan "una experiencia distinta", más parecida "al cine como era antes". Una idea que Hernández desea que "cale en el público de Sevilla" para que cuando quieran ver un largometraje elijan a la joya de la calle Amor de Dios.

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