La coartada del menor de 15 años implicado en la desaparición y muerte de Marta del Castillo se tambalea después del testimonio de varios de sus amigos. Al menos cuatro adolescentes confirmaron recientemente ante el Grupo de Menores de la Policía Nacional que su amigo estuvo con ellos la noche del 24 de enero, día de la desaparición de Marta, pero no toda la tarde como sostiene el implicado sino que se incorporó al grupo entre las diez y diez y media de la noche, según indicaron ayer a este periódico fuentes de la investigación.

De esta manera se fija una nueva secuencia horaria de los hechos que podría encajar con la última versión aportada por el testimonio del principal implicado en el crimen, Miguel Carcaño. Éste inculpó de la autoría de la muerte al menor y aseguró que entre ambos arrojaron el cuerpo al contenedor de basura situado en la confluencia de las calles Jorge de Montemayor y León XIII, próximo al domicilio de esta vía en el que se cometió el crimen.

El menor dijo ante el juez que aquella noche ni siquiera estuvo en el piso de León XIII, sino que pasó todo el tiempo con un grupo de amigos de su instituto realizando una botellona junto al polideportivo del Polígono San Pablo. En cambio, en una declaración anterior tanto ante la Policía como ante el juez, había asegurado que sí estuvo en el domicilio de Carcaño, que coincidió con el resto de imputados en el caso, que Javier Delgado, el hermano de Miguel Carcaño, estaba envolviendo el cadáver en una manta o algo similar y que incluso éste le amenazó diciéndole que algo malo le pasaría a su familia si contaba lo que había visto. Tras prestar esta declaración, el menor se retractó y dijo que se lo había inventado todo porque se sintió presionado por la Policía.

Según el testimonio de Carcaño, el crimen pudo cometerse poco después de las nueve de la noche, con lo que la coartada del menor se debilita porque a la hora en la que supuestamente murió Marta del Castillo nadie asegura que estaba con él. En cambio, fuentes de la defensa del adolescente precisaron que no son cuatro los adolescentes que concretan la hora de llegada del implicado a las diez de la noche a la botellona, sino sólo uno. Estas fuentes explicaron que los otros testigos no aportaron una hora concreta y que aún quedan muchos detalles que no están claros y que exculpan al joven de su participación en el crimen.