"Nos contentan con caramelos y nos dejan sin Metro y SE-40"
Son y están
La rehabilitación de la sede principal de la Hacienda federal en Washington y la creación de infraestructuras en América Latina, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo, son los últimos logros de una empresa fundada en 1964 que ha sido decisiva por su pericia técnica en la salvaguarda de la Sevilla monumental
ES una de las personas de referencia para tomarle el pulso a Sevilla, no en vano ha analizado las estructuras, cimientos y terrenos de sus principales monumentos y de muchas de sus barriadas. A sus 70 años recién cumplidos, sigue implicado en la gestión de la empresa que fundó en 1964 con Rafael Candau Vorcy, quien ejerce la presidencia. La fructífera unión entre ambos, administradores de la compañía, es el pilar sobre el que se ha desarrollado Vorsevi, consultora muy requerida para todo lo relacionado con las nuevas construcciones (por ejemplo, las próximas líneas del AVE a Galicia y País Vasco) y con la consolidación de las del pasado (por ejemplo, las iglesias de Sevilla).
Vasco de nacimiento por el destino militar de su padre, es el quinto de seis hermanos. Todos dedicados a la enseñanza mientras que él, además de emprendedor, ha sido catedrático de la Escuela de Aparejadores y después de la Escuela de Arquitectura, plaza de la que se acaba de jubilar. Doble mérito porque hizo la carrera de Química (se licenció en 1963), y, a fuerza de abrirse camino, fue introduciéndose en la construcción. "Aprendía en los libros y en el trabajo de calle. A partir de nuestras invetigaciones hemos publicado más de 60 artículos sobre temas técnicos en revistas internacionales".
Cuando su padre se jubiló, la familia se afincó en Utrera. De allí se siente Jesús Barrios. "Me formé muy bien en los Salesianos, su disciplina en el trabajo me marcó. Entraba a las ocho de la mañana y salía a las ocho de la tarde, sábados incluidos". Casado con una pintora y escultora, tienen tres hijos. Ha vivido casi siempre en el campo, y ahora reside en el centro de Sevilla.
-¿Cómo se fundó Vorsevi?
-Rafael Candau y yo éramos compañeros de facultad, y nos unimos. Esta simbiosis ha funcionado perfectamente. Empezamos en la calle Marqués de Paradas, en el bajo de su casa, en 1964, asesorando a las fábricas de cemento que empezaban a montarse. La promesa del Canal Sevilla-Bonanza era su gran reclamo. Cuando se fue al traste, nos buscamos la vida con análisis de material, cimentaciones y estructuras. Todo era a partir de cero, ese esfuerzo nos ayudó a mejorar técnicamente. Porque no había libros, ni documentación. A partir de una normativa muy genérica, teníamos que estrujarnos la mente para idear métodos y soluciones.
-¿Las autonomías son un muro para conseguir buenos contratos en otras regiones?
-No, ya quisiéramos que el nivel de transparencia de Cataluña para los concursos de obra pública lo hubiera en otros lugares... Nuestro desarrollo natural fue extendernos por todas las provincias andaluzas, y por las extremeñas, después por el resto de España. En geotecnia y estudio de terrenos somos una de las diez empresas más potentes de toda España, nos tiene en cuenta el Ministerio de Fomento.
-¿Qué reto le ha satisfecho más?
-Por un lado, nuestra labor en la construcción de la Expo 92, un continuo aprendizaje de técnicas nuevas para hacer edificios singulares y a gran velocidad, como el Pabellón de Alemania, en un ambiente de entusiasmo ante la magnitud del evento. Y, por otro lado, los trabajos e investigaciones en la Catedral de Sevilla, la Torre del Oro, la Mezquita de Córdoba,...
-¿Tienen asumido su papel complementario a empresas tractoras como Abengoa y Ayesa?
-Es un orgullo unirnos, dentro y fuera de España, a empresas tan potentes que han progresado desde Sevilla con su calidad en la ingeniería. Nosotros les complementamos para la supervisión de los proyectos y los estudios técnicos, el control de calidad, el control de la ejecución. Y también hay que elogiar cómo están creciendo fuera de Sevilla empresas de la construcción como Azvi y Martín Casillas. Cómo están luchando para abrirse mercado.
-¿Qué contratos consiguen en el extranjero por otras vías?
-Ante la caída de la actividad en España, intensificamos nuestra salida al exterior. Se acaba de firmar un contrato para hacer en Ecuador una carretera y un túnel. En México tenemos delegación permanente desde hace un año, trabajamos en nuevos puentes, autopistas, líneas de Metro, embalses. Desde allí coordinamos equipamientos que realizamos por orden del Banco Interamericano de Desarrollo en Centroamérica y Suramérica. Y nos hace especial ilusión entrar en Estados Unidos. Hemos sido elegidos para la rehabilitación del Internal Revenue Service, la sede principal de Hacienda para el Gobierno federal en Washington. Es un edificio de Louis A. Simon construido entre 1928 y 1936. Además, estamos presentes en otros estados como Florida, Pennsylvania y Ohio.
-Cada vez que el ministro de Fomento de turno paraliza inversiones, como en la SE-40, supongo que se echará a temblar.
-Claro, porque afecta directamente a empresas como la nuestra. Desde la Expo'92 , a Sevilla la tienen castigada en las inversiones.
-¿Sevilla se queja poco?
-Nos están dando caramelitos para contentarnos, pero no el jamón, que es el Metro en términos de prioridades y de inversiones. Y, por supuesto, la SE-40.
-Ustedes han estudiado la incidencia de la construcción del Metro. ¿Ha habido algún daño de consideración? ¿Estaban justificados los miedos de los años 80 para proteger a la Catedral?
-Fueron ganas de dividir a los sevillanos y confundirles sobre la importancia del Metro, en lugar de remar todos juntos para un objetivo crucial. Basta profundizar al nivel de margas para construirlo con seguridad. Y no tenía por qué pasar justo por debajo de la Catedral, con perforar a 60 metros de distancia garantizaba aún más la seguridad. La línea 1 ya en marcha no ha causado daños. Sólo han aparecido algunas fisuritas en pocas viviendas, puede ser más causa de cómo se hicieron esos edificios. Siempre puede ocurrir alguna sorpresa, como el socavón que se tragó un quiosco junto al Cristina. Porque el subsuelo está lleno de circuitos de agua subterránea, y con las pantallas que se erigen para las obras pueden ser modificadas esas circulaciones de agua. Por suerte, tenemos en la ciudad una cualificación altísima por parte de investigadores universitarios. En Sevilla hay una masa de técnicos importante que la ciudad no puede absorber laboralmente.
-¿Percibe en esos jóvenes técnicos inclinación a ser empresarios?
-La función principal de la universidad es enseñar, y lo hace bien. Falta que dejen de pensar en colocarse en la Junta, y participen en la creación de más focos de tecnología punta, como el aeronáutico, del que debería hablarse más para tomar conciencia de lo que supone. Falta machacar una y otra vez a la población con todo lo bueno que hacen empresas sevillanas, como algunas que hay en Cartuja con tecnología de primer nivel. Insistir hasta que los sevillanos consideren la innovación un rasgo de su identidad. Necesitamos producir más innovación para venderla en el extranjero. Felicito a Extenda, agencia de la Junta en el exterior, cuenta con jóvenes con muchas ganas de abrir cauces a las empresas.
-¿En Sevilla hay más tendencia a ser funcionario?
-Pienso que sí, el peso de la Junta como destino laboral es enorme, esperar que te toque un puesto en la Administración autonómica. "Trabajo de ocho a tres y por la tarde puedo hacer otras cosas, me lo ponen a huevo", es lo que se dice. Eso degrada enormemente. En este tema noto la diferencia con Málaga, porque allí hay menos empleos de la Junta, y son más dinámicos para abrirse paso.
-Se promete a final de año el apeadero ferroviario de la Cartuja. ¿De verdad cree que lo utilizará mucha gente para ir a trabajar?
-Creo que lo usará poca gente. Sobre todo el personal administrativo de la Junta, que tiene horario fijo de llegada y salida. Si es que le coge cerca una conexión en tren. Desconfío mucho de las cifras de usuarios que se anuncian.
-¿Sevilla se vende mucho humo?
-Demasiado, la gente ya no se cree nada. El potencial de la ciudad no se corresponde con su estado plano y desencantado. En cambio, fuera de Sevilla, creen que esto es Jauja y que todo se barre hacia Sevilla. Cuántas veces me han echado en cara: "Qué suerte tenéis los sevillanos". No saben el atraso que había en la ciudad antes de la Expo'92. Y el atraso actual, porque, ¿cómo va a crecer Sevilla si no se hace la SE-40? ¿Dónde van a radicarse las industrias sin esa vía prioritaria? ¿Dónde vamos sin una buena red de transporte urbano y metropolitano? Estamos perdiendo el tiempo.
-Usted conoce las tripas de Sevilla como pocos.
-Soy un enamorado de la ciudad. La belleza de Sevilla es un don que hemos recibido y que no tenemos derecho a estropearlo. Hay que delimitar bien lo que es intocable y donde no se puede hacer nada nuevo, para no destruir la historia de la ciudad. Y tengo todo tipo de vivencias. El tercermundista estado de Cinco Llagas cuando aún era hospital. La voz de alarma que dimos en la igleia del Salvador sobre el desprendimiento de piedras, y el estudio integral que dio pie a su gran restauración. Las hermandades que nos llaman cuando ven problemas de estructuras en sus sedes. El estudio de la cimentación de Itálica, asombrosa por lo metódico que eran los romanos. Afirmo con rotundidad que Sevilla tiene un extraordinario auge de arqueólogos, historiadores y expertos en restauración.
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