La 'cruzada' contra el plástico del profesor Nicolás Olea en la Academia de Medicina de Sevilla

El radiólogo e investigador experto en tóxicos ambientales de la Universidad de Granada ofreció una lección magistral sobre contaminantes químicos y su impacto en la salud

El catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, junto al resto de autoridades en la Academia de Medicina de Sevilla.
El catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, junto al resto de autoridades en la Academia de Medicina de Sevilla. / M. G.

"¿Cuánto déficit de atención y cuánta hiperactividad en niños se podría haber evitado?, ¿cuánta infertilidad en las parejas?, ¿cuánto cáncer de mama? o ¿cuántos problemas hormonales?". Son preguntas reflexivas con las que el catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, un referente mundial en salud ambiental, advirtió recientemente en Sevilla de los peligros y riesgos de la extensa exposición que tienen los humanos a los llamados disruptores endocrinos, unos compuestos capaces de emular a las hormonas naturales del organismo y afectar a la salud.

La Fundación Real Academia de Medicina de Sevilla celebró el pasado miércoles en la sede de la histórica institución en la calle Abades la conferencia con título 'Papel de los contaminantes químicos en la etiología del cáncer' con el doctor Nicolás Olea como principal y único ponente, organizado por la Cátedra de Divulgación Oncológica, bajo la coordinación del doctor Juan Antonio Virizuela.

El catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, en la Real Academia de Medicina de Sevilla.
El catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, en la Real Academia de Medicina de Sevilla. / M. G.

El ilustre radiólogo hizo hincapié en cómo la exposición humana a los químicos preocupa a la comunidad científica en todos los niveles. "Son químicos invisibles al ojo humano pero que están presentes en el medio ambiente y en productos cotidianos y que pueden interferir en el sistema endocrino desde antes de nacer e influir en la salud reproductiva y en el desarrollo de diversas enfermedades, como el cáncer, la diabetes, la obesidad o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, entre otros", apuntó el experto en unas declaraciones a este periódico.

Olea destacó que, pese a las advertencias, es complicado escaparse completamente de ellos "porque están por todas partes". Enumeró así hábitos cotidianos en los que, a diario, incurre la sociedad en la exposición a esos dañinos disruptores endocrinos: en cosmética, en productos de higiene personal, en los envases de los alimentos o en la firma que luego los manipulamos. Así, el especialista explica que calentar envases plásticos provoca la liberación de sustancias que interfieren con nuestras hormonas y que se han asociado a enfermedades como la diabetes y el cáncer. "La evidencia que hay es más que suficiente de que esas soluciones químicas no son buenas para intervenir preventivamente", advierte Olea.

Entre los disruptores endocrinos que generan más preocupación están los polibromados, que son retardantes de las llamas y están en numerosos productos sintéticos y textiles. "Son, generalmente, de exposición dentro de casa y están relacionados con problemas tiroideos", explica Olea. "Es cómo se explica que en un país como España, la hormona tiroidea, es la quinta medicina más vendida con receta después de los analgésicos. Y eso es porque hay una gran cantidad de mujeres jóvenes diagnosticadas de hipotiroidismo", añade. Otros químicos en el punto de mira son los ftalatos y los fenoles, que también están relacionados con infertilidad en adultos y con retraso en el crecimiento y TDAH en niños.

El doctor también advirtió del "olvidado" efecto combinado, el "cóctel de exposición". "Puede ser que uno a uno, la exposición a ciertos productos sea mínimo, pero el efecto combinado es muy importante. Una mujer en España usa de media 14 cosméticos y productos de cuidado personal al día, con una media de 38 componentes que, individualmente, se tiene la idea de que están bajo control, pero lo que no lo está es el efecto combinado. El efecto combinado de múltiples residuos actuando por vías comunes pone en entredicho la evaluación del riesgo que considera los compuestos uno a uno", destacó.

En la exposición, Nicolás Olea se paró en la salud materno-infantil y también en la primera etapa de la vida e, incluso, antes. "Si la madre está expuesta a plásticos y cosméticos, el feto está igualmente y claramente expuesto desde antes de nacer. Estos elementos son capaces de traspasar las barreras de la placenta y de la mama, lo que significa que, en muchos casos, se empiezan a acumular en el organismo a partir de la gestación o durante la lactancia", insistió.

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