Calle Rioja

El cumpleaños del 'Falcón Maltés'

  • Memoria. Antonio Falcón habría cumplido hoy 70 años. Nació veinte años después de la llegada de la República y sirvió a la Monarquía desde el Gobierno central y desde Andalucía

Antonio Falcón.

Antonio Falcón.

HOY será el primer 14 de abril en muchos años en que no voy a escuchar al otro lado del teléfono la voz de Antonio Falcón. El Covid la apagó por ser un buen samaritano. Me queda el consuelo de aquella cita casi inverosímil, en puertas del estado de alarma, en la que degustamos unas torrijas en la Campana, la primera y la última, en los primeros días de marzo de 2020.

En aquella cita, nos intercambiamos sendos libros. Yo salí ganando, porque he leído pocos libros tan hermosos, tan sinceros, tan conmovedores como este Ejercicio de Memoria (Copia de Seguridad) que se autoeditó el propio Antonio Falcón Romero. El libro se ve ahora como un brillante pálpito de quien presumía que debía dar a conocer detalles de su vida antes de que fuera demasiado tarde.

No me resisto a transcribir las notas que tomé en el libro cuando acabé de leerlo: "En esta primavera sin fiestas primaverales ni Semana Santa ni Feria, es hermoso terminar con un pintor comunista bailando sevillanas. Cuadratura del círculo. Horas antes del 14 de abril, cumpleaños del Falcón Maltés". El pintor comunista era Paco Cuadrado. Yo siempre le llamaba a Antonio el Falcón Maltés, guiño bogartiano con la novela de Dashiell Hammett. Hoy habría cumplido 70 años. Nació el 14 de abril de 1951, veinte años después de la proclamación de la Segunda República.

Azar del destino para uno de los escasos especímenes de rojo elegante que sirvió a la Monarquía en Madrid y en Andalucía. Nació en Alanís, en la sierra Norte, en la casa de su abuela materna Manuela Guerra Franco, que se murió al final de ese año. La llegada del niño fue una de las escasas buenas noticias en la familia, porque ese mismo año 1951 meten en la cárcel de Sevilla a su abuelo Manuel y al hermano de éste, Quico, acusados de ayudar a los rojos que vivían ocultos en la sierra. De niño, lo llevaron a la consulta del pediatra José María Osuna en Cazalla, a la que los niños de Alanís iban los martes por la tarde en el autocar de Aquilino.

En esta primavera sin Feria ni Rocío, Falcón fue el creador del Plan Romero para la aldea

El médico había sido compañero de Blas Infante, que fue hasta Peñaflor para casarse. Todas las semanas quedaba con su amigo Juan Teba en el bar Casablanca. Compartían adicción al equipo de Heliópolis, y Falcón cuenta en su libro que un día coincidió con Luis del Sol en una gasolinera y le contó lo mucho que había llorado cuando se enteró de que había fichado por el Madrid. Falcón también fichó por la Corte. En este año de Semana Santa sin procesiones, de Feria sin casetas y Rocío sin carretas, Falcón fue quien puso en marcha el Plan Romero, una iniciativa que racionalizó la primera aldea global de la Galaxia Gutenberg y que fue objeto de estudios y alabanzas en la Unión Europea.

Dirigió el Colegio Aljarafe, esa Sorbona en una comarca que encandiló a los árabes y al cardenal Segura, y a su vuelta de Madrid el colegio mayor Maese Rodrigo, donde nos invitaba a los amigos a que compartiéramos experiencias profesionales. Un centro que aprovechó unas instalaciones construidas para acoger a huéspedes de la Expo 92. Su hijo Marcos fue fruto de su primer matrimonio, los amigos estuvimos en el convite del segundo y Antonio se desvivió en el tercero con Maribel, la compañera del último tramo de su vida. Hoy debería tenerlo al otro lado del teléfono.

Como tendré a Pepe, el panadero de San Bruno, que se vino desde Alcalá de los Panaderos hasta la calle Feria. Al Falcón Maltés las novelas se le caían de las manos. Por eso decidió novelar su vida. El viaje equinoccial de la sierra al llano. De la corta a la Corte. Con unos primeros años vividos en el número 7 de la calle Juan de Castellanos, conquistador, poeta y sacerdote nacido en Alanís hace medio milenio y muerto en Colombia, autor de un unas Elegías de varones ilustres de Indias que Menéndez Pelayo consideró el poema más extenso en lengua castellana. Felicidades, Antonio. Recuerdos al Lele Colunga en el Becerrita del cielo donde siempre están de huelga los demonios contra el santo patrón.  

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios