La defensa de Carcaño admite "uno o dos golpes" con el cenicero

Miguel Carcaño Delgado es culpable de la muerte de Marta del Castillo, pero su acción no constituye un asesinato, sino un delito de homicidio imprudente, por el que sólo debe ser castigado con una pena de tres años de prisión. Éste es el argumento principal del alegato que ayer expuso ante la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla la abogada Paloma Pérez Sendino, que defiende al asesino confeso.

La abogada aprovechó su intervención para recriminar la "actitud obstructiva" de los acusados al "obcecarse" en no revelar el paradero del cuerpo de Marta del Castillo, algo que, según admitió, "nos puede repugnar".

Paloma Pérez criticó igualmente que la investigación policial "no se ha llevado por los derroteros que debiera haberse llevado" porque, en su opinión, todas las búsquedas emprendidas se podrían "haber ahorrado" si se hubiera examinado previamente si era posible o no que el cadáver lo hubiesen dejado dónde dijeron. La letrada añadió que los funcionarios policiales tendrían que haber corroborado cómo iba a deshacerse del cadáver antes de la madrugada si tenían el testigo que había visto a Miguel manipulando la silla de ruedas a primera hora del 25 de enero de 2009. "Esas actuaciones no son responsabilidad de mi cliente y mucho menos la búsqueda en Camas, que ni siquiera lo dice Miguel", precisó la abogada para sostener que su cliente no puede ser por tanto condenado a pagar los 616.319,27 euros que costaron las labores de búsqueda.

La letrada comenzó su informe subrayando que la desaparición de Marta del Castillo es un caso "excepcional", por todas las vicisitudes que rodean al proceso, y consideró que las únicas "dos verdades" que hay en torno al mismo son que Marta del Castillo "salió a las 17:30 horas de su casa, y que ha fallecido y el autor de su muerte es Miguel Carcaño". Ésas dos son las "verdades incuestionables" que se apoyan en datos objetivos.

La defensa de Miguel sostiene que el acusado ha reconocido que le dio un único golpe con el cenicero, aunque señaló que "a lo mejor fueron dos, pero eso no lo vamos a saber nunca". Lo que sí considera la letrada es que esa acción de golpearla una o dos veces con el cenicero es "compatible" con los restos que había en el suelo y en la colcha de la cama, pero no lo es con la supuesta agresión de Miguel Carcaño y Francisco Javier García Marín, el Cuco, como mantienen el fiscal y la acusación particular que ejercen los padres de Marta del Castillo.

En todo caso, la defensa alega que los hechos no constituyen un delito de homicidio o asesinato, porque en la discusión que sostuvieron Miguel y Marta, el primero "se frustra, enfada y golpea sin pensar, sin querer, sin representarse la idea de que puede matarla". Dice Paloma Pérez Sendino que su cliente "no es que fuese una lumbrera, se acercó a la joven y le cogió la mano, pero es tan torpe que no sabe si está muerta o no, y por eso va a por el tensiómetro".

La utilización del tensiómetro, según la abogada defensora, no era necesaria, sino que se enmarca en un deseo de Carcaño de "desviar la atención de su entorno", porque aún sin citar a su hermano Javier Delgado, la letrada piensa que Miguel "tenía que dejar fuera a otras personas" y por eso, añadió, realizó la declaración en la que asumió el crimen y la violación de Marta, dentro de una "ceremonia de la confusión".