queja ciudadana

Una mujer en silla de ruedas denuncia el "deficiente" servicio del eurotaxi en Sevilla

La sevillana Sol Duque Puig en su silla de ruedas en una calle del barrio de Los Remedios.

La sevillana Sol Duque Puig en su silla de ruedas en una calle del barrio de Los Remedios. / José Ángel García

"Perdona, pero no vuelvas a llamar porque ya le hemos dicho que no hay taxis disponibles por la zona". Es la respuesta que la sevillana Sol Duque Puig asegura recibir, no en pocas ocasiones, cuando solicita a través de las emisoras el servicio de un coche adaptado o eurotaxi desde determinadas zonas de la ciudad, normalmente, las más alejadas del centro urbano.

Esperarlo "durante más de dos horas" para que "finalmente no aparezcan" y tener que desplazarse sola en su silla de ruedas son otros de los "desplantes" del gremio que la sevillana ha decidido elevar ante el Defensor del Pueblo Andaluz en busca de soluciones.

En el escrito registrado en la Oficina que lidera Jesús Maeztu, la mujer reclama que se tomen medidas para que se agilice este tipo de desplazamientos, ya que se trata de clientes preferentes por las circunstancias en las que se encuentran y los problemas de accesibilidad que sufren.

Según denuncia la afectada en declaraciones a este periódico, la razón esgrimida por los taxistas ante sus quejas por su "deficiente servicio" responde a una cuestión económica. La mujer explica que una de las peculiaridades del eurotaxi es que éstos, a diferencia del servicio convencional, tienen establecido un máximo desde la bajada de bandera, en el momento en el que se solicita un coche adaptado, hasta que llega al punto exacto donde se encuentra el cliente, haya la distancia que haya entre el punto de partida y el de destino, es decir, sea cual sea la tarifa que marque el taxímetro.

Con lo cual, cuando el recorrido desde donde está el eurotaxi que recibe el aviso y el lugar indicado por el cliente es muy amplio, el tener que ajustarse a esa cantidad les hace restar ingresos con respecto a lo que sería el coste real del servicio.

"Se entiende muy fácil con un ejemplo", explica Sol. "Si yo pido un taxi por la zona de Los Remedios por la que vivo no tengo problema. Allí normalmente están de paso y tengo paradas de taxi cerca de mi casa por lo cual los traslados no exceden esa cantidad y, según ellos, no pierden dinero, pero el problema viene cuando me retiro de mi zona de residencia y, según me dicen, no les compensa ir a por mí", afirma.

"¿Es normal que a nadie les compense este servicio?"

"Me ha pasado en la Cartuja, en la Universidad Pablo de Olavide, en Fibes, en los Bermejales, en la barriada de San Diego  o en Nuevo Torneo, entre muchos otros barrios, siempre que llamo para reclamar el servicio me dicen que lo sienten pero que no hay eurotaxis por el radar de la zona y que me tengo que esperar. He llegado a esperar más de dos horas y muchas veces me he tenido que volver sola a pesar de estar lloviendo o haciendo mucho frío o que estemos a 40 grados", se lamenta.

Una situación de "indefensión", que la sevillana asegura que "es generalizada" por parte del colectivo y de las administraciones ante la que lamenta que no exista "ningún tipo de contemplaciones". "Me han llegado a decir que vienen a por mí por pena por la insistencia de mis llamadas pero que con este desplazamiento están perdiendo dinero.

"¿Es normal que a nadie les compense este servicio?, ¿es tan difícil concienciarse de que su licencia es de taxi adaptado y que, con lo cual, si se pide un servicio, sea para el punto de la ciudad que sea, es porque allí hay una persona minusválida que no tiene otro medio para que la recojan?", se pregunta enojada.

La desesperación en determinados momentos es tal que la sevillana ha tenido que recurrir en algunas ocasiones a costosas artimañas. El "plan B" como Sol lo define. "Hago que mi madre pida un eurotaxi en Los Remedios, que allí no tenemos problemas, vienen a por mí donde yo me encuentre, me recogen y volvemos a casa. Imagínese el gasto. Es increíble. Pero así sí les compensa a ellos", critica.

Por esta situación, la mujer asegura que ha tenido que rechazar entrevistas de trabajo por no tener forma para desplazarse hasta el lugar o dejado de ir a citas médicas, entierros o, simplemente, planes de ocio. "Creo que es todo muy injusto y que tampoco pido tanto", insiste.

En torno a 110 eurotaxis en Sevilla

En Sevilla, actualmente existen unas 110 licencias de eurotaxi, según la información facilitada a este medio por fuentes oficiales de la delegación municipal de Movilidad, de la que depende el Instituto Municipal del Taxi. Las mismas concretan que, aunque el Ayuntamiento es el que otorga las licencias de taxis adaptados a personas con movilidad reducida, son servicios que gestionan "de forma privada los propios taxistas" por lo que "el gobierno municipal no tiene posibilidad de comprobar si cumplen o no con la prestación de este servicio".

"Se entiende que si piden estas licencias es para cumplir con sus peculiaridades y que van a dar prioridad a los servicios con movilidad reducida", indican desde el Ayuntamiento, que explican que lo que hace el gobierno municipal con estos casos es dar una subvención de en torno al 50% que los interesados pueden utilizar para comprar un vehículo nuevo o adaptar el que ya tienen, con un tope de 14.000 euros.

Otra de las ventajas de las que pueden beneficiarse los poseedores de estas licencias de eurotaxis es la de acogerse al régimen especial, cuya convocatoria está abierta en estos momentos. "Al ser vehículos especiales que dan atención a un público que puede necesitar un servicio en cualquier momento y ser escasos en cifras, este régimen les permite poder estar disponibles las 24 horas durante los siete días de la semana, sin límites, es decir, sin estar sujetos al calendario de descansos obligatorios, que tienen que cumplir los taxis", recalcan las fuentes municipales.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Sevilla también abrió recientemente una convocatoria para convertir taxis adaptados en convencionales en aquellos casos que así lo solicitaran siempre y cuando contarán con una antigüedad de cinco años y sin sanciones pendientes de pago.

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