Etiquetados de los palés enviados a Sevilla.

Una empresa de materiales de construcción con sede en Sant Martí de Tous (Barcelona) está enviando sus palés con el siguiente remitente: República de Catalunya.

Así ha podido comprobarlo un lector de Diario de Sevilla, que ha hecho llegar este jueves a nuestra redacción una fotografía de varios estos palés apilados frente a un hotel sevillano, destinatario de los materiales de construcción.

¿Es un "chiste"? Así lo entiende al menos el propio responsable de la empresa catalana cuando ha llamado esta tarde al periódico molesto porque periodísticamente se haya considerado noticioso el envío y la alerta lanzada por el lector. "Yo también sé hacer chistes de españoles", ha espetado con tono muy seco, revelando la contrariedad de verse expuesto por algo que probablemente entienda como algo "normal" y nada noticioso: pensará que Cataluña no es una comunidad autónoma, sino una "República".

El envío se produce además en un momento de intensa actualidad informativa respecto a Cataluña y las reivindicaciones de los independentistas, tanto por el inicio de contactos para la formación de Gobierno en Madrid -donde los partidos que defienden la separación del resto de España pueden ocupar un papel clave en la investidura de Pedro Sánchez- como por el avance del juicio del procés por el referéndum ilegal y posteriores altercados ocurridos hace ya casi tres años.

Al margen de cómo vayan evolucionando las posturas españolistas e independentistas en Cataluña (los últimos barómetros del CIS reflejan una cierta caída del bloque separatista), el envío realizado por la empresa catalana revela una preocupante realidad: hay quienes entienden que Cataluña debe ser una República y están dispuestos a actuar como si lo fuera. Hasta el punto de dedicar tiempo, esfuerzo y dinero a preparar una información postal sobre la compañía que así lo refleje.

¿Era un "chiste"? El humor suele servir para rebajar la tensión, pero parece evidente que una situación aparentemente sin importancia ni relevancia periodística como la vivida este jueves en Sevilla revela la complejidad y la profundidad del problema catalán.

Así lo ha debido de pensar, por ejemplo, el lector que esta mañana se encontró con el panel dando un paseo por la zona. Se paró, tomó una fotografía y se preocupó por llamar al periódico para advertir sobre el tema. Tenía interés periodístico. No es un hecho sin importancia y así debía hacerse eco el periódico.