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Plaza Nueva · Jaime Bretón Besnier

"Al entrar en política renuncié a mi juventud y a los amigos"

  • Con 21 años, es el edil más joven que ha tenido el Ayuntamiento de Sevilla. Presidía NNGG Andalucía y fue en la lista alternativa a Aznar. Nueve años de concejal, cinco ferias y cinco pregones en el currículum.

EN la historia del Ayuntamiento de Sevilla que escribió Mauricio Domínguez-Adame, Jaime Bretón (Jerez, 1966), figura como el concejal más joven. Tenía 21 años cuando entró en 1987.

-¿Qué se ha propuesto hacer al cumplir los 50?

-Leer el Quijote. Nos obligaron en el colegio, a esa edad es un horror que te hagan leer Cien años de soledad. Soy muy cinéfilo y es como si a los niños les pusieran películas de Pasolini. Las odiarían.

-Cuando entra de concejal triunfan libros de Eco y Kundera...

-A mí me gustaban las biografías tipo Winston Churchill.

-¿Y Adolfo Suárez?

-Suárez fue ganando con el tiempo. Ésa era la época del Suárez denostado, su soledad con Rodríguez Sahagún en el Congreso.

-¿Se podía ser de derechas y tener 21 años?

-Hay que ponerlo en el contexto. Se había producido la retirada de Fraga y había dos listas. La de Herrero de Miñón, con Aznar de número dos, y la de Hernández Mancha, que representaba la juventud, la renovación, el poder de las provincias.

-¿El ex concejal de Fiestas Mayores ha votado en el referéndum de la Feria?

-Voté sí al día de fiesta y no a la ampliación. La Feria tocó techo en la Expo 92. Sevilla y la Feria estaban de moda. En Madrid abrieron cien academias de sevillanas, María del Monte vendió un millón de discos. Con dos fines de semana y un día festivo por medio, los días intermedios se puede quedar vacía o semivacía. La Feria se ha puesto muy cara. El euro se ha notado sobre todo en la hostelería, la energía y el sector inmobiliario.

-¿A qué renunció cuando fue a la sub-21 de la política?

-A mi juventud, a los amigos. Mis amigos eran gente de más de cuarenta años. Renuncié a una estabilidad profesional. Ahora bien, no me arrepiento. Hice lo que me pedían el corazón y la cabeza.

-¿Qué tal fueron sus relaciones con el Consejo de Cofradías?

-Coincidí con Luis Rodríguez-Caso y Antonio Ríos. Hicimos el cierre de la Avenida de la Constitución y los palcos en esa zona. Presenté al último pregonero del teatro Lope de Vega, Antonio Moreno Andrade, y al primero del Maestranza, José María Javierre.

-¿Es cofrade?

-La primera vez que me vestí de nazareno fue en la Semana Santa de Jerez. Aquí soy hermano del Dulce Nombre, donde sólo salí una vez, y del Silencio, donde salí muchas veces y llevé el Senatus. Una devoción que me surgió de niño cuando acompañaba a mi madre los sábados a El Corte Inglés y entrábamos a ver las imágenes.

-¿Qué hacía en junio de 1987?

-Vivía en la avenida de Kansas City con mis padres y estaba en tercero de Derecho. Tuve de profesor a Javier Pérez Royo, con el que me meto en las tertulias. Se me atragantó Derecho Mercantil, que me daba Guillermo Jiménez Sánchez, y me fui a acabar en la Complutense.

-Fue delegado del distrito Sur...

-Los peores años de la droga.

-¿La política de joven es indigesta como novela de García Márquez o película de Pasolini?

-Tiene el riesgo de la frustración o de la decepción. Después de 32 años en política, ésta camina de manera inexorable hacia la mediocridad. Los plenos de mi época tenían una altura que no se da ahora ni siquiera en el Congreso de los Diputados o el Senado. Las diferencias políticas, con respeto y educación, eran compatibles con unas excelentes relaciones personales y eso se ha perdido a nivel local y nacional. No así en los once años que pasé como adjunto al Defensor del Pueblo.

-¿Las aficiones de Bretón?

-El cine es mi vocación frustrada. Con los años, hay cosas que te van gustando más y cosas que te van gustando menos. Me refiero al cine y a la política, respectivamente. Me apasiona Italia; su gente, su gastronomía, su arte, su cultura. Cada vez que puedo voy a Italia y estudié italiano muchos años. Me gusta mucho el belenismo. Tengo un Nacimiento de Álvarez Duarte y el que monté con Silvio Torilo, el que monta el belén del Mercantil, salió en España Directo. Otra afición es Vicente Amigo. Tengo todos sus discos y he ido a verlo en directo cinco veces. La última, en la Bienal, con las dos hijastras de mi primera relación. Las niñas me persiguen. Tengo cinco hijastras y cuatro ahijadas de bautismo.

-Entró en el Consistorio el año que Alberto Jiménez-Becerril...

-Llegamos una hornada de jóvenes en todos los partidos: José Luis Villar, Pablo Ollero, Luis Pizarro, Alberto y yo. Javier Arenas era del 83. En el 87 fue por el PDP y sacó 3.000 votos. Luismi iba pegando los carteles de Javier y nosotros poníamos encima los de Soledad Becerril, cosa que me recuerda Javier de vez en cuando.

-¿Nunca cambió de partido?

-Ni de partido político ni de colores balompédicos. Soy un sevillista tranquilo. El descenso federativo del Sevilla en 1995 me cogió de alcalde accidental. Alejandro Rojas-Marcos y Soledad Becerril estaban de vacaciones. Acompañé a José María del Nido al Consejo Superior de Deportes y fui el que recibió a la manifestación. Mi hermana Pilar estuvo casada con Francisco y su hija, mi sobrina María, es la novia de Koke.

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