El estilo bañado de azúcar
Masquepostres se distingue por la calidad de los dulces que elabora de forma artesanal pero con sabores actuales
Placeres hay muchos y en Masquepostres no dudan en revestirlos de chocolate, frutas, compotas y todo tipo de majares que dan forma a la alta repostería. Alta repostería que, sin embargo, conserva todo el proceso de elaboración artesanal de los obradores de siempre, con el único propósito de distinguirse en un mercado industrializado y "hacer las cosas bien hechas", dice Gustavo Parrilla, de los Parrilla pasteleros de siempre y socio de Masquepostres.
Hace tres años nació esta empresa, ubicada en el centro comercial Los Altos de Simón Verde, de la mano de tres maestros pasteleros sevillanos: Gustavo Parrilla, José María Hernández y Manuel Jara. Todos poseen una notable experiencia profesional en el mundo de la repostería. Distintos caminos que finalmente desembocaron en la inquietud de realizar un trabajo propio, elaborado y dirigido tanto a empresas hosteleras como al público en general. "A pesar de que nuestra cartera de clientes sea principalmente los catering, restaurantes..., seguimos manteniendo la tienda en el exterior del obrador, ya que la demanda lo requiere", explica Gustavo Parrilla.
El afán de superación es la clave del éxito de un negocio donde la distinción, reseña Gustavo, reside en "la calidad de las materias primas y el proceso artesanal. Si hay que dejar fermentar todo la noche una masa se hace".
Cuando la mantequilla no se sustituye por margarina, por ejemplo, o cuando las frutas para mousses y compotas son de primera calidad el triunfo está garantizado. Así, con el buen hacer, se han procurado un hueco en el mercado más exigente que ve sin reparos como los elaborados dulces de Masquepostres conservan todo su sabor.
Entre sus manjares más codiciados se encuentran, entre otros dulces, la criolla (bizcocho de mazapán y chocolate, mousse de chocolate y crema brulee de vainilla natural con brillo de chocolate), el bizcocho brownie -de los más demandados para bodas-, (quenelle de mango pasión y sopa de chocolate blanco) y el bizcocho de pistachos (relleno ganache de licor de guindas y chocolate con mousse de frambuesas y brillo de frutos rojos). En el "top ten", señala Gustavo, no hay que olvidar la bombonería, donde los reyes son el bombón de chocolate con leche y quicos y el de chocolate blanco y aceite de oliva.
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