Los trabajadores del centro penitenciario de Sevilla-II, ubicado en Morón de la Frontera, lograron ayer salvar la vida in extremis a un interno R. H. M., de 38 años, que se desplomó en el comedor del módulo donde reside y entró en parada cardiorrespiratoria. La inmediata intervención de los funcionarios de servicio en el citado departamento, con la ayuda de algunos internos del mismo, trasladaron al interno hasta enfermería, donde el buen hacer de los servicios sanitarios del centro lograron revertir la situación.

El interno entró en el departamento de enfermería sin pulso y con signos de hipoxia, aunque gracias a la diligencia y profesionalidad de funcionarios y su rápida reacción lograron ganar unos minutos cruciales para la recuperación del interno.

Especial mención a los servicios médicos del centro que, según las mismas fuentes, lograron revertir una situación que en principio resultaba preocupante para la salud del interno. "La profesionalidad y el denuedo con el que atendieron al interno, tras unos largos momentos de agotadora reanimación cardíaca lograron que el interno reaccionara y lo pudieron estabilizar", han insistido.

El centro penitenciario de Sevilla-II acoge a gran parte de los reclusos más peligrosos y conflictivos del país y aunque escasos de medios materiales y profesionales, gracias a la profesionalidad y buen hacer de sus trabajadores logran evitar muchos conflictos y conseguir una convivencia aceptable pese al nivel de conflictividad de la población reclusa de esta prisión.

Desde el sindicato Csif de Prisiones se han "congratulado" de la eficacia de los medios personales y de su funcionamiento, al tiempo que han denunciado una vez más la necesidad de mejorar y aumentar los medios físicos y humanos, han explicado a este periódico fuentes de la organización sindical.