El hijo de una octogenaria fallecida denuncia que estuvo "olvidada durante trece horas" en Urgencias

José Antonio Bermúdez lleva ante la Fiscalía de Sevilla una presunta negligencia médica por “atención deficiente” tras ingresar en el Virgen del Rocío con una bronquiolitis

El hospital reconoce “el retraso de una primera atención” por la “sobrecarga” asistencial y que dio el soporte terapéutico "al alcance"

Pide una cita en la Unidad del Dolor de un hospital de Sevilla y se la dan para 14 meses después

José Antonio Bermúdez Santos, con las copias de las reclamaciones interpuestas, en la redacción de Diario de Sevilla.
José Antonio Bermúdez Santos, con las copias de las reclamaciones interpuestas, en la redacción de Diario de Sevilla. / José Ángel García

Ante el servicio de atención al paciente del Hospital Virgen del Rocío. Ante los servicios centrales del SAS. Ante el Defensor del Pueblo Andaluz. Ante el Colegio de Médicos de Sevilla. Ante la Fiscalía Provincial de Sevilla. Y hasta los despachos de la consejera de Salud, Rocío Hernández, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.

Son todos los pasos que han dado los hijos de Flora Santos, una sevillana de 88 años que falleció el pasado 4 de enero en el Virgen del Rocío, dispuestos a llevar “hasta el final” la presunta negligencia médica que aseguran sufrió la paciente “tanto por parte del equipo médico de Urgencias como de planta” al considerar que falleció tras “permanecer olvidada en un rincón sin ningún soporte médico”. Así lo denuncia José Antonio Bermúdez en representación de la familia, que ha puesto ya en manos de abogados el asunto, que ya llevó a la Fiscalía, y sobre el que ha pedido una actuación, incluso, al Gobierno andaluz a través de carta certificada.

Todo comenzó el pasado 3 de enero, día en que la mujer ingresó a las 13:05 horas en el servicio de Urgencias del Hospital Virgen del Rocío tras sufrir una crisis respiratoria reiterada desde la noche anterior, reconoce, José Antonio Bermúdez Santos, que apunta que tuvo que "esperar dos horas" la llegada de una ambulancia que había sido solicitada al servicio de Teleasistencia de la Junta de Andalucía a las 11:00. "Ese retraso ya empeoró la situación de una anciana que debía de ser trasladada cuanto antes a Urgencias", lamenta su hijo que indica que esperó el servicio y no llamó a un taxi "por temor a las consecuencias de un traslado sin soporte de oxígeno".

No fue hasta tres horas después de la llegada al hospital cuando la mujer fue atendida por un médico. "Hacia las 16:00 horas", subraya José Antonio, que indica que, tras esa primera asistencia, le realizaron pruebas analíticas, pero "se olvidaron de hacer una radiografía". "Hubo que volver a esperar a que se la hicieran lo que supuso otra demora", asegura la familia.

Tras el resultado de las pruebas realizadas, según cuenta su hijo, otras dos horas después, sobre las 18:00, el personal sanitario les informaba de la gravedad de la octogenaria, con un cuadro de fallo cardiorespiratorio a causa de una infección del virus respiratorio sincitial (el causante de la bronquiolitis) y de la indicación de ingreso hospitalario en planta. "Pero es todo tan esperpéntico que, pese a la gravedad que nos transmiten, el ingreso no se hace efectivo hasta pasadas las dos de la madrugada del día 4. Es decir, más de doce horas desde que llegamos a Urgencias. Además, en planta y no en la unidad de cuidados intensivos, por ejemplo, donde, por lógica, van los pacientes más graves, teniendo en cuenta que mi madre era paciente pluripatológica", se lamenta

Es a la mañana siguiente cuando, sobre las 10:00 horas, José Antonio recibió una llamada en la que se le notificaba un "empeoramiento" del estado de salud de Flora. "Junto a mis hermanos comprobé su dramático estado de salud. No tenía nada que ver cómo dejamos a mi madre cuando ingresó de madrugada a cómo nos la encontramos por la mañana. La única explicación fue que no había respondido a los tratamientos, que, viendo el estado en el que nos la encontramos, dudo que recibiera", denuncia su hijo. La siguiente comunicación con la familia por parte del hospital fue para ofrecerles la sedación paliativa ante la "irreversibilidad del cuadro" y la mujer terminó falleciendo a las 17:45 horas, según consta en el informe del certificado de defunción, por la complicación de una insuficiencia cardíaca y una insuficiencia respiratoria.

"Lo sangrante es que durante trece horas mi madre permaneció olvidada en un rincón, y no exagero, sin ningún soporte médico pese a haberse estimado necesario que lo tuviera más allá de un paracetamol de un gramo que, en dos ocasiones, debí solicitarle al médico. A pacientes cuyos parientes protestaron por padecer una situación familiar, tras presentar reclamaciones empezaron a encontrarles cama en planta pronto, mientras a nosotros nos dejaban abandonados", lamenta.

Por su parte, las fuentes del hospital consultadas alegan que la respuesta se facilitará a la familia y que no puede entrar a valorar la historia clínica de sus pacientes de una manera general para dar cumplimiento a la ley de protección de datos personales. Con todo, según consta en esa respuesta, a la que ha tenido acceso este periódico, desde el centro reconocen "el retraso de una primera atención por coincidir en ciertos tramos horarios con sobrecarga asistencial, lo cual obliga, en ocasiones, a priorizar la atención de los pacientes más emergentes", recoge literalmente el escrito de respuesta.

También en el mismo informe se apunta a que ya en planta la mujer recibió "todas las medidas terapéuticas al alcance para intentar controlar la infección y sus repercusiones orgánicas", pero que "no se obtuvo respuesta clínica" hasta que presentó "un fallo multiorgánico".

Con todo, la familia de la octogenaria reitera la "negligencia médica" que sufrió la mujer con resultado de muerte "por estar trece horas en una camilla abandonada en Urgencias", por lo que espera que lo sucedido tenga "consecuencias" y "que no vuelva a ocurrir".

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