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Sevilla

Un hombre sin control que se quejaba de haber sido abandonado

Los rostros de los curiosos que anoche se congregaron en la calle San José de Dos Hermanas reflejaban horror más que sorpresa. Estupor por el brutal asesinato de tres vecinos con quienes guardaban poca relación y lástima por el camino elegido por un hombre descontrolado y que en las últimas semanas se había ido quejando en público del abandono al que le había relegado su familia.

Verdad o no, lo cierto es que algunos aseguraron anoche haber sido testigos de los malos tratos a los que Luis Briz sometía a los suyos. De hecho, todas los congregados coincidieron al confirmar que el asesino confeso tenía numerosos antecedentes violentos. Un vecino aseguró que vio cómo pegó una paliza a su padre mientras éste enseñaba una casa a unos clientes. Otros apuntaron que estos episodios se debían a la enfermedad mental que padecía.

Hay muchos que aseguraron que Luis Briz se paseaba por Dos Hermanas dando patadas a las cajas eléctricas, los cajeros automáticos y los cierres de los supermercados. El pasado miércoles fue visto en la estación de tren pateando una cancela, una actitud en la que algunos veían claramente a un esquizofrénico.

La conducta del detenido fue empeorando después del accidente de tráfico que sufrió hace unos años. Al parecer fue atropellado por un vehículo cuando montaba en bicicleta. Y desde entonces no fue el mismo. En los últimos días, muchos vecinos aseguran que se iba quejando en voz alta por la calle, lamentando que su familia le hubiera abandonado. Desde hace unos dos meses residía solo en una vivienda de la avenida de Andalucía.

Según algunos testigos, no era la primera vez que Luis Briz comentaba que su familia le había echado de casa y que le había dicho que no quería verlo más, lo que habría desatado la furia del asesino. La familia se relacionaba poco con su entorno. Algunos vecinos se sorprendieron ayer de que la vivienda estuviera habitada, pues hacía tiempo que no veían ningún movimiento.

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