Un intento de fuga con tintes de película
Sevilla-1 En el espectáculo participaban los Morancos
Dos funcionarios interceptan a un recluso que trató de huir durante un concierto
Todo transcurría con normalidad en el espectáculo anual que organizan los Morancos en la cárcel Sevilla-1 para los reclusos, con motivo de la próxima festividad del día de la Virgen de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias. El guión se tornó desde el entretenimiento a la acción cuando uno de los reclusos, un joven portugués de 23 años, Eusebio. C.P. que cumplía condena por robo con fuerza, decidió que era el momento oportuno para fugarse de la prisión, aunque sólo consiguió estar durante media hora saltando de un tejado a otro. La rápida y eficiente respuesta de los funcionarios evitó que la fuga tuviera éxito y el altercado fuera a mayores.
Eran, aproximadamente, las 17:30 del miércoles. En el escenario instalado en el campo de fútbol actuaba en ese momento un grupo de flamenco fusión llegado desde Los Palacios. Entre 600 y 700 reclusos, según las fuentes consultadas por este periódico, disfrutaban del recital que cada año organizan los Morancos. Entonces, el joven portugués creyó que era su oportunidad, la mayor parte de los guardias estaban vigilando a los concentrados en el campo. Su plan: imitar la fuga que Rafael Hidalgo Castro, el Rafi, y su compañero de celda, Mohamed Larbi Elimlami, protagonizaron el 4 de febrero de 2010, aunque ellos lo hicieron por la noche y consiguieron escapar.
"Casi todos los funcionarios estaban en el campo de fútbol. El recluso empezó a apilar mesas y consiguió llegar hasta los tejados. Luego fue saltando de uno a otro con gran habilidad", señalaron a Diario de Sevilla testigos presenciales. La escena se prolongó durante algo más de treinta minutos. Tras darse la voz de alarma, la mitad de los funcionarios que vigilaban a los reclusos en el campo de fútbol salieron al exterior por si conseguía escapar. Mientras, la tensión fue creciendo, como explicaron las fuentes consultadas: "Se podría decir que se mascó la tragedia. Todos los presos empezaron a darle vítores y a alentarlo. A mí me recordó a Evasión o victoria. Menos mal que el concierto siguió y que el grupo empezó a reclamar la atención de los reclusos que al final acabaron por no echarle cuenta, si no, no sé qué hubiera pasado".
Finalmente, dos funcionarios consiguieron dar caza al joven portugués, que el día anterior había sido cambiado de módulo porque lo habían pillado con un móvil. El recluso pasó toda la noche en aislamiento y a la mañana siguiente se trasladó a primer grado. Los funcionarios se congratularon de que la fuga no diera resultado y que todas las medidas de seguridad funcionaron correctamente.
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