Jaime de Parias Merry, el visionario productivo, refinado y detallista
Obituario
La ciudad despide a un gran empresario agrícola que fue presidente de la Caja Rural, un notable emprendedor en la enseñanza y un amante de las tradiciones
El maestro Luis Carlos Peris entrevistó en su día en la galería de Sevillanos Gran Reserva a Fernando de Parias Merry, que fue alcalde de Sevilla en los años de la Transición, cuando los problemas de la ciudad en particular y de España en general eran bien distintos. Algunos recordamos que Peris se refirió a don Fernando en la introducción de aquella entrevista como miembro de la clase. Recordamos ahora aquella expresión en la muerte de su hermano Jaime, que nos sorprendió a mediodía de ayer. La clase es la que hoy se ha perdido en buena medida. Y no significaba ni más ni menos que el saber estar. Eran y son formas de entender las relaciones sociales, los tratamientos, las liturgias y ritos familiares, en definitiva un catálogo de usos que siempre ayudan al fomento de las relaciones entre personas. Con Fernando de Parias, por ejemplo, se compartía vuelo de regreso de Roma en compañía del séquito de un cardenal y era toda una experiencia. Y con su hermano Jaime era muy entretenido compartir un desayuno del Foro Joly en el Salón Real del Alfonso XIII. Don Jaime era un amante de la agricultura, de las tradiciones y de la cinegética. Un visionario del negocio bancario y un promotor de importantes centros de enseñanza. Si dice Muñoz Molina que los periodistas debemos dar notoriedad a quienes hacen cosas sustanciales por la sociedad, Jaime de Parias contribuyó con su carácter emprendedor a la formación de muchos andaluces de diferentes generaciones: desde los de edad más temprana hasta los de la etapa previa al acceso laboral, o incluso, cómo no, de profesionales que eran y son ejecutivos de empresas punteras. Tabladilla, Entreolivos o San Telmo son buena prueba de todo ello.
Don Jaime falleció ayer, justo el día de su cumpleaños, a los 89 años. Para el gran público fue el ex presidente de Caja Rural, el marqués de Monteflorido, el sevillano amante de las tradiciones, con un palmario sentido del humor, refinado y divertido, agradable, con puntos de mordacidad, recto, de criterio firme, con un notable perfil institucional y, sobre todo, un hombre de palabra. Quienes lo trataron en un plano muy cercano destacan su sentido de la responsabilidad en todas las áreas.
Contrajo matrimonio en 1960 en la capilla del Cortijo de Cuarto, con doña Pilar González-Green, con quien tuvo siete hijos: Jaime, Miriam, Álvaro, Ana, Fernando, Laura e Inés. Recibió la educación escolar en Los Marianistas. Y la formación superior en la Academia de Perito Agrícola en el Cortijo de Cuarto de Sevilla. Fue uno de los padres fundadores de los colegios de Fomento Tabladilla y Entreolivos. Sus inicios laborales fueron en Colombia en la delegación comercial de SACA, S. A. En esta nación iberoamericana fue padre de su primer hijo.
Don Jaime fue co-presidente de Caja Rural de 1984 a 2001, un período en el que pilotó la fusión de la entidad con Caja Rural de Huelva, lo que dio lugar a Caja Rural del Sur. Fueron años en los que aplicó con éxito un severo plan de saneamiento para salir de una situación de quiebra e intervención del Banco de España. Su labor permitió garantizar el futuro de la caja. Tuvo clara la conveniencia de fusionar las cajas, una operación que para la de Sevilla era entonces una necesidad y para la de Huelva suponía una gran oportunidad. En el año 2000 la Caja Rural de Sevilla tenia 15 oficinas en la capital, las mismas que Huelva. Sevilla multiplicó por tres las sucursales en solo siete años después de la fusión, una operación que tuvo dos visionarios: José Luis García Palacios y Jaime de Parias Merry. Los dos supieron calcular el potencial de la caja de ahorros de Sevilla si se efectuaba una política de alianzas. Y acertaron. A partir de 2001, el consejo rector de la Caja Rural del Sur lo nombró presidente de honor en reconocimiento a su labor.
Entre sus negocios en la esfera privada destacaron las inversiones para la producción de toneladas de naranjas en la provincia de Sevilla. Don Jaime era hermano de la Santa Caridad y de la cofradía del Amor con sede en el templo del Salvador. Consejero de Agrícola San Martín, y era fundador y patrono de la Escuela de Negocios de San Telmo. Fue miembro de la junta directiva del Real Club de Andalucía, El Aero, y caballero de la Orden de Malta, congregación que destaca por sus numerosas obras de caridad.
El empresario José Gandía era socio de Jaime de Parias en SAT Royal, entidad en la vanguardia de la agricultura andaluza, pionera en la investigación varietal, en fruta de hueso y berries y un referente europeos de productos premium. Gandía no tiene ninguna duda sobre la importancia del perfil de Jaime de Parias: "Hemos perdido al hombre más importante de su generación por su visión de futuro, por su capacidad para anticiparse y marcar los pasos del destino. Tuvo la suerte de trabajar mucho para que todo le saliera bien. Vamos a echar mucho de menos su ejemplo y su amistad. Era emblemático, dinámico, elegante y fiel a su familia".
Leopoldo Parias, uno de los sobrinos de don Jaime, asegura que haber trabajado en la empresa con su tío ha sido todo un "privilegio". "Siempre admiraré su capacidad de trabajo, su personalidad arrolladora, su don para la conversación, su espíritu emprendedor, su fuerza para ser referente y, sobre todo, su habilidad natural para darle el sitio a todo el mundo, desde el peón hasta un alto responsable. Ha sido una suerte haber trabajado con él".
Santiago Herrero, que fue presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y hermano mayor de las Penas de San Vicente, cree que Jaime de Parias se caracterizó por fundar empresas innovadoras y mantenerlas con éxito: "De hecho sus hijos siguen ellas. Desde joven ya dio muestras de que iba a ser un empresario impresionante. Y siempre fue una persona con encanto, divertida, con sentido del humor. Una persona muy importante en Sevilla".
El padre de don Jaime, el señor Fernando Parias y Calvo de León, fue capitán de Caballería, caballero de la Orden de Malta y fundador del Real Club Pineda de Sevilla. Su madre, Inés Merry Gordon, era nacida en Jerez de la Frontera. Sus hermanos fueron Inés, casada con Manuel Laffón de la Escosura; Fernando, ex alcalde de Sevilla, casado con María Luisa Alcón Álvarez Osorio; Pedro, casado con Pilar Fernández de Heredia Moreno de la Cova: Alfonso, casado con Inés López de Ayala Benjumea; María Parías Merry y Alejandro, casado con Juana Cruz Equilaz.
Muchas de sus horas más felices las pasó en familia en la finca serrana La Algeciras. Era un gran amante de la caza, socio del Real Club Pineda de Sevilla y un habitual de los principales actos de la agenda social de la ciudad. "Era un pro-hombre", como decían sus amigos cuando declinaba el 4 de diciembre, fecha del cumpleaños de un sevillano despedido con honores de hermano de la Santa Caridad, como fue su voluntad
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