Un jardín improvisado que acaba en polémica: la limpieza de la calle Azafrán divide opiniones en Sevilla

El operativo municipal para retirar la acumulación de macetas y objetos ha dividido a los vecinos entre quienes lo consideraban un "pulmón verde" y quienes denunciaban problemas de salubridad

El azulejo de la Virgen de la Trinidad en la Campana, dañado tras el choque de un camión

La retirada de plantas en la calle Azafrán de Sevilla divide al barrio / Vídeo: Natalia Morales

La intervención de los servicios municipales en una vivienda de la calle Azafrán del centro de Sevilla ha provocado reacciones encontradas entre los vecinos del barrio. El operativo, realizado recientemente, ha consistido en la retirada de numerosas plantas, macetas y diversos objetos acumulados en la fachada de una vivienda, un espacio que para algunos representaba un símbolo de vida y naturaleza, mientras que para otros se había convertido en un foco de problemas de convivencia.

Los servicios municipales procedieron a la retirada de elementos sin presencia del propietario, según han relatado varios testigos. El dueño de la vivienda, conocido como Jesús, se había ganado cierta notoriedad en el barrio por su dedicación tanto a las plantas como a las aves de la zona, generando opiniones divididas sobre su actividad y el impacto en el entorno.

Defensores del "pulmón verde" urbano

Charo Ruiz, residente de la zona, ha expresado su malestar ante lo ocurrido. "Todo esto es su vida. Él recogía agua, alimentaba a las aves y mantenía el barrio con mimo", ha declarado la vecina, quien describe el lugar como "el único pulmón verde que podríamos encontrar en el centro de la ciudad".

Según el relato de Ruiz, muchos vecinos presenciaron con visible tristeza cómo se retiraban las macetas y juguetes que decoraban la fachada. "Algunos tenían lágrimas en los ojos. Lo que han hecho es un maltrato institucional. Jesús es un hombre pulcro y cuidador nato", ha afirmado.

La vecina también ha señalado que, a pesar de que el Ayuntamiento había advertido en repetidas ocasiones sobre la necesidad de retirar los objetos, finalmente la operación se ejecutó sin que el propietario pudiera intervenir. "Ha sido obligado a ver cómo le arrebataban su vida en cuestión de minutos", ha lamentado.

Voces críticas con la acumulación

En contraste, otro vecino del barrio que ha preferido mantener el anonimato ofrece una perspectiva completamente diferente. "Llevo 25 años viviendo aquí y siempre ha sido igual. El hombre es tranquilo, sí, pero aquello era un nido de suciedad", ha manifestado.

Este residente asegura que los vecinos habían expresado repetidamente su malestar por el estado del lugar, señalando problemas de salubridad. "No se trata de barrer y echar la suciedad hacia su zona. Él lo acumula todo. Es un acumulador, y eso habría que tratarlo", ha comentado.

Según su testimonio, la acumulación de objetos habría favorecido la aparición de roedores y un exceso de palomas en la zona. "No pasa nada por tener plantas, pero ya estaba desbordado. Eso invadía la calle", ha explicado, insistiendo en que la situación había alcanzado un punto insostenible para la convivencia vecinal.

Un debate sobre espacio público y convivencia

El caso de la calle Azafrán pone de manifiesto la compleja relación entre los usos individuales del espacio urbano y las normas de convivencia colectiva. Para unos vecinos, la intervención municipal representa la pérdida de un valor ecológico y sentimental; para otros, supone la recuperación del orden y la salubridad en un entorno compartido.

Este tipo de situaciones plantea cuestiones relevantes sobre los límites entre la expresión personal y el bienestar común en los entornos urbanos, especialmente en zonas céntricas densamente pobladas como el caso del centro histórico de Sevilla.

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