Una lectura de la remozada cara norte

Patrimonio

El Cabildo presenta la restauración de la fachada de Alemanes tras 2 años de trabajo y 1,8 millones de inversión.

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
Juan Parejo

Sevilla, 13 de enero 2015 - 13:28

Se ha cerrado el círculo o, más bien, se ha completado el cuadrado. Prácticamente la totalidad de las fachadas exteriores de la Catedral lucen restauradas tras la última intervención llevada a cabo en la cara norte, la de la calle Alemanes y más antigua al proceder de la antigua mezquita. Esta actuación, que hay que unir a la que se desarrolló entre 2006 y 2010 gracias al convenio firmado entonces con la Fundación Caja Madrid, centrada en la Avenida de la Constitución, la cabecera del Sagrario y la cubierta de las dependencias existentes hasta la Puerta del Perdón, ha devuelto a esta zona su terminación original, que ya fue la que se restituyó en los años 90 a la cara este (la de calle Placentines). Las obras, que se retomaron en 2012 tras una extensa investigación, han tenido un coste en este último tramo superior a 1,8 millones de euros que ha sufragado el Cabildo en su totalidad gracias a la recaudación por las visitas culturales al templo. La inversión total, entre los paramentos de la esquina suroeste (frente a Correos) y la esquina entre Alemanes y Placentines, 278 metros en total, asciende a casi 4,5 millones.

El criterio de los técnicos, encabezados por Alfonso Jiménez, quien ha sido maestro mayor de la Catedral hasta final del año pasado, ha sido el de eliminar la intensa capa de cemento con una acabado amarillento, de finales del XIX o principios del XX, para recuperar la fábrica vista que se encontraba debajo, manteniendo todo lo anterior al año 1793, cuando estos testeros tenían "cuidadosos tratamientos" de los que se han encontrado expresivos restos. En cualquier caso, se han dejado diferentes testigos en la fachada de lo que existía antes de esta intervención.

Son muchas las sorpresas que ha deparado la obra y los elementos que han podido restituir. Aunque también hay incógnitas que han quedado sin resolver. "No hemos conseguido averiguar qué era el rebaje que tenía la fachada. Debía existir un zócalo, pero no sabemos cómo era. Sólo queda la caja", explicó Jiménez durante la visita organizada ayer por el Cabildo Catedral para dar a conocer el resultado de la obra. Otra de las cuestiones que queda pendiente para los investigadores es saber porqué el arquitecto Félix Hernández colocó unas gradas (escalones) en la fachada durante el siglo XX.

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