Calle Rioja

Los libros, como la Feria, empiezan por la portada

  • Viernes de Feria inédito sin más actividad ferial que la de los libros, con alguna librería utilizando populares sevillanas del Pali y Cantores para captar a los lectores

Cartel anunciador de las Fiestas de Primavera de Sevilla de 1990 expuesto en el escaparate de la tienda de Marcelo Culasso, en la calle Feria.

Cartel anunciador de las Fiestas de Primavera de Sevilla de 1990 expuesto en el escaparate de la tienda de Marcelo Culasso, en la calle Feria. / José Ángel García

Son como tres carteles de la Feria del Libro. El primero es una aparición en el sentido más literal de la expresión. Ya no está la comisaría de la calle Betis. Al fondo se divisa la torre de la Capillita del Carmen que diseñó Aníbal González. En la esquina donde está la placa de Paco Arcas, antaño alcalde de Triana, pionero de Las Golondrinas de la calle Antillano Campos, un cuponero le dice a un ciclista: “Felicidades, Jorge”. Es el día de su santo, que en catalán es el patrono de los libreros. Por la calle San Jorge, donde estuvo el castillo de la Inquisición, dos hombres pedalean en sendas bicicletas. Se han escapado del pelotón. Un Jorge por San Jorge. Jorge Cadaval va el primero, sevillano de Triana, donde la afición al ciclismo la despertó Zeppelin; en segundo lugar, Ken Appledorn, norteamericano de Michigan. Se van a disputar el premio de la Montaña, porque no hay en la muy llana ciudad de Sevilla promontorio más elevado que el Altozano. Jorge por San Jorge. A César, lo que es del César. En el día del libro, Ken Appledorn, además de actor, en su momento presentó el libro de su compatriota John Julius Reel ¿Qué pinto yo aquí?, un neoyorquino casado con una sevillana de Villanueva del Río y Minas.

El segundo cartel está en la tienda de marcos de Marcelo Culasso, en calle Feria esquina con Relator. Siempre atento a costumbres, ritos y tendencias, el enmarcador, que tiene el mismo oficio que el personaje de El amigo americano, de Patricia Higsmith, que tenía una tienda de marcos en Fontainebleau, ha cambiado la Semana Santa por la Feria. Su escaparate lo preside el cartel de Feria de 1990. La penúltima de Manuel del Valle como alcalde. Es de Marina Díaz Velázquez, un traje hermosísimo, ya listo para la Feria de 2022. Marina, amiga de Paco Molina, discípula de Santiago del Campo, murió en 2015. Su hermano Francisco fue un caso atípico en la política municipal e incluso nacional.

Ahijado intelectual de José María Valverde y Agustín García Calvo, fue catedrático de instituto. Ejerció de concejal de Cultura en uno de los dos mandatos de Del Valle y se encargó de los contenidos culturales del Pabellón de Andalucía de la Expo 92 cuyo comisario fue otro ex munícipe, Antonio Rodríguez Almodóvar. Díaz Velázquez, el hermano de la pintora, escribía poesía y una de sus letras la convirtió en canción José Monge, Camarón de la Isla, la perla de San Fernando.

El tercer cartel es un derroche de ingenio y originalidad. En la librería El Gusanito Lector han readaptado letras legendarias de sevillanas como reclamo para este día del Libro en un Viernes de Feria sin Feria pero con un nuevo aniversario de la muerte de Cervantes, el más inmortal de nuestros escritores.

“Mírala cara a cara / que es la lectura / no salen sabañones / ni sebaúras”. Suenan de fondo aquellas sevillanas que popularizaron Cantores de Híspalis con letra de Manuel Melado, que además de barbero ha sido speaker del Betis y sigue siendo antólogo de sucedidos, poeta, novelista y coleccionista de soleás. “Mírala cara a cara / son tus autores / de Sevilla, Winsconsin / o hasta de Londres”.

En estas otras se ve el legado de Paco Palacios El Pali. “En la puerta El Gusano, mi alma, / tú me has citao / Tú me has citao / para mirá unos libros junto al mercao”. El mercado de la calle Feria junto a la iglesia de Ómnium Sanctórum. Un entorno que sale en muchas novelas: El ciego de Sevilla, de Roger Wilson; El rock de la calle Feria, de Paco Gallardo; o El manuscrito de Ómnium Sanctórum, de Juan Rey. Las sevillanas originales del Pali eran un medio maratón entre la Avenida y la Alameda. “En la puerta Correos, mi alma / hemos quedao / para ir a las Lumbreras / por bacalao”.

Benito Moreno le puso música a unas sevillanas de Gustavo Adolfo Bécquer que presentó en La Carbonería. En el Gusanito hay otras sevillanas becquerianas: “Mi hermano es Valeriano, mi arma / pintor de lienzos… / Soñaba Vila-Matas / con ser librero / para vivir entre libros / el día entero”. En este remate por libre se ve la mano de Antonio Molina Flores, amigo del autor de Doctor Pasavento.

Los libros tienen mucho que ver con la Feria. Su patrón es en abril. Y en ambos casos todo empieza por la portada. Como no está la del real, valgan todas estas portadas librescas de aventuras, de dramas, de intriga. Ya está Dulcinea bailando la tercera con el bachiller Carrasco. No hay Feria en Sevilla ni en Triana, pero por el puente de Triana, el de la reina, pasa la serpiente multicolor del Tour de la Gracia. Corre, Dragón, que llega San Jorge.

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