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El 'manque pierda' de un madridista muy del Sur

Peces-Barba estaba en el jurado que le dio a Carande el Príncipe de Asturias, fue alumno de Carrillo Salcedo y coordinó la historia de los Derechos del siglo de La Pepa

Peces-Barba, en Sevilla el 10 de marzo de 2010 con Antonio Merchant, en la Facultad de Derecho.
Francisco Correal

05 de agosto 2012 - 05:03

Gregorio Peces-Barba coordinó a un equipo de 53 profesores de Universidades españolas y extranjeras que participaron en los cinco volúmenes de la Historia de los Derechos Fundamentales correspondientes al siglo XIX. La etapa de la Constitución de Cádiz en cuyo bicentenario ha fallecido el abogado que presidió el Congreso de los Diputados entre 1982 y 1986, la primera legislatura tras el triunfo del PSOE en las elecciones de 28 de octubre de 1982.

La barrida electoral del sevillano Felipe González Márquez propició la presencia al frente del poder legislativo de Peces-Barba (13 de enero de 1938- 24 de julio de 2012). Pero son muchos más los vínculos que tuvo con esta ciudad el que fuera ponente de la Constitución de 1978. Esa monumental Historia de los Derechos Fundamentales la presentó en una abarrotada aula de Grados de la Facultad de Derecho de Sevilla el 10 de marzo de 2010. Un Cossío del Derecho que se pone en marcha en un Instituto de Derechos Humanos que Peces-Barba creó con el nombre del dominico sevillano Bartolomé de las Casas. Este periodista acudió invitado por el profesor Fernando Llano Alonso.

Peces-Barba tenía cierta prisa y le mostró al joven auditorio la entrada para presenciar esa noche en el Bernabéu el partido del Real Madrid contra el Olympique de Lyon, que eliminó al equipo de sus amores. Pero tuvo tiempo de fotografiarse con unas alumnas mexicanas de Ángel López, catedrático y ex presidente del Parlamento Andaluz, y evocar sus vínculos con la Universidad Hispalense, de la que destacó el magisterio de profesores como Alfonso de Cossío o Manuel Giménez Fernández y la presencia fugaz como docente de su amigo y maestro Joaquín Ruiz-Giménez.

Entre el público estaba Juan Antonio Carrillo Salcedo, profesor de Peces-Barba cuando el sevillano de Morón que ejerció la cátedra de Derecho Internacional fue ayudante de Mariano Aguilar Navarro, componente de la histórica terna de senadores.

Fue una maratón sevillana la que vivió Peces-Barba en esos días de marzo. La víspera dio en el Ateneo de Sevilla una conferencia sobre Educación para la Ciudadanía presentado por su amigo Manuel Rico Lara. Uno de los muchos que tenía en la ciudad.

El ex presidente del Congreso formó parte del jurado que concedió en junio de 1985 el premio Príncipe de Asturias en la modalidad de Ciencias Sociales al historiador Ramón Carande Thovar, que acudió a recibirlo a sus 99 años. Peces-Barba fue asiduo de un jurado que se reúne en Oviedo, la ciudad donde murió.

Peces-Barba formó parte del tribunal que concedió la máxima calificación académica en noviembre de 1997 en la Universidad de Sevilla al magistrado Juan José del Águila por su tesis sobre jurisdicciones especiales y represión judicial durante el último tercio del franquismo dirigida por los catedráticos de Derecho y de Económicas y Empresariales de la Hispalense Francisco Muñoz Conde y Antonio Miguel Bernal, respectivamente.

Esa tesis doctoral es la materia prima de un libro posterior, El TOP. La represión de la libertad (1963-1977) editado por Planeta con prólogo de Gregorio Peces-Barba. No era un texto de compromiso, ya que el fundador y rector de la Universidad Carlos III dedicó trece años de su vida profesional a intervenir como abogado en cientos de procesos del Tribunal de Orden Público."Generosidad es olvidar y perdonar a los represores, pero debe ser también rehabilitar a los reprimidos", escribe en dicho prólogo.

Hay en este libro una hermosa continuidad de los tres primeros políticos que presidieron el Congreso de los Diputados tras la normalización. Fernando Álvarez de Miranda, el primero, que participó en el contubernio de Munich de 1962, era secretario general de la Asociación Española de Cooperación Europea que en 1961 realizó un demoledor informe sobre las irregularidades procesales del franquismo, evidenciadas en el libro con la detención, juicio y fusilamiento de Julián Grimau. Landelino Lavilla, que presidió el Congreso y encabezó la candidatura derrotada en las elecciones de 1982, es el ministro de Justicia que certifica en el último Consejo de Ministros de 1976 del Gobierno de Adolfo Suárez la desaparición del Tribunal de Orden Público, que toma carta legal la víspera del día de Reyes de 1977. Un regalo para los demócratas. Y Peces-Barba cierra esta terna de defensores del imperio de la ley frente a las leyes del imperio.

El 28 de junio de este año, Gregorio Peces-Barba debía recibir en el salón de actos de la Facultad de Comunicación de Sevilla el premio Universitario del Año. Era uno de los galardonados en la décima edición del programa de radio Aula Abierta que dirige el periodista Fernando Segundo. El profesor adujo problemas de salud para no acudir en persona a recibir el premio. Una premonición del fatídico revés asturiano.

Madrileño, madridista, doctor honoris causa por la Universidad de Cádiz, conoció aquella noche el manque pierda del Madrid después de incorporarse al álbum de dos estudiantes mexicanas.

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