FOLKLORISTA, filólogo, José Luis Agúndez (Moral de la Reina, Valladolid, 1953) ha recopilado miles de refranes en cuatro volúmenes. Una labor ciclópea.

–Nació en un pueblo con nombre de refrán...

–En la época de Alfonso VI, dice la leyenda que la reina estaba en un moral que todavía existe, y allí se enteró de que el Cid había conquistado Valencia.

–¿Cuándo llega a Sevilla?

–En 1982. Profesor de Primaria. Empecé en Arahal. Estaba por allí cuando Cela dio el pregón del Verdeo. Y Rodríguez Almodóvar.

–El Quijote está lleno de refranes... de Sancho Panza.

–Hay que elegir entre el ideal del Quijote y comer cada día. Uno de los mejores de Sancho es: no rebuznarán en balde el uno y el otro alcalde. Como casi todos, procede de un cuento: el lobo se había comido al burro y los alcaldes imitan su sonido.

–¿Dónde hay refranes?

–La pregunta sería dónde no. Hasta en las obras de teatro de Lope de Vega.

–La afición le entró muy pronto.

–El profesor Fradejas me dirigió la tesis doctoral sobre la tradición oral en Arahal, Paradas y Marchena, partido judicial.

–¿El anónimo por excelencia?

–Nadie sabe cómo nace, quién lo dijo el primero. Pero están los que los recopilan. No hay folklorista que no cite a Gonzalo Correas. A los primeros refranes les dicen retraeres, ni siquiera existe la palabra.

–¿La gasolina de la picaresca?

–Sin duda. El Lazarillo o el Guzmán de Alfarache están llenos.

–Se les dijo palique de portera.

–Cuentan que el Comendador Hernán Núñez Pinciano se colocaba en el puente que daba al mercado de Salamanca y le pagaba a los aldeanos por decirle algún refrán.

–Rodríguez Marín dirigió la Academia y recopiló refranes...

–Este sabio de Osuna publicó el libro Más de 21.000 refranes no recopilados por Correas.

–¿El refrán es un puente entre lo culto y lo popular?

–Están los refranes vulgares y los proverbios y adagios. Erasmo de Rotterdam se fue a Roma a buscarlos en latín en los clásicos.

–¿El más redondo?

–A mí me gustan los raros. El último hallazgo: Yo fumo y tú escupes. Lo menciona Fernán Caballero. Ahora como no se fuma.

–Valdivieso, Cardeñosa, Delibes hijo, Amigo Vallejo. Muchos paisanos vinieron a Sevilla.

–Me fui seis años a Valladolid y me volví a Sevilla. Me une el equipo. Donde jugaron Cardeñosa y mucho después Benjamín, que se llevó el césped del viejo Zorrilla a Guinea. Mi pueblo está a doce kilómetros del de Monseñor Amigo. Lo vi en Arahal cuando fue de comuniones.

–Magallanes va a Valladolid a que Carlos V le autorice el viaje y allí muere Colón. ¿Los refranes viajaron a América?

–Por supuesto. En vez de la zorra se habla del coyote.

–¿A los políticos les gustan?

–Cogen uno y no lo sueltan.

–¿Se cuentan los refranes?

–Nacen de los cuentos. Como tantas cosas. Harry Potter no es ni más ni menos que lo que ya estaba en los cuentos populares. Es un producto bastardo.

–Agúndez es apellido recio...

–Debe venir de Facundo. San Facundo es el patrono de Santervás de Campos, pueblo próximo al mío donde nació Ponce de León, el que llega a la Florida.

–¿Es más refranera la generación del 98 o la del 27?

–Lorca coge mucho del pueblo.

–¿Próximo trabajo?

–Estoy con las fábulas, que terminan en moralejas, que también son refranes.

–Perro ladrador poco mordedor.

–El ejemplo perfecto. Lo que distingue al refrán de otras paremias es que tenga dos partes, que sea bimembre.

–¿Como un silogismo?

–Si se pierde una de las partes, sólo queda un modismo.

–¿Quién los conserva?

–El pueblo llano y el culto. Hay muchas tesis y discursos académicos sobre refranes. Y ha habido médicos que aconsejaban que se incluyeran en la Medicina.