Sevilla

El paro de los monitores de comedor continuará si no les abonan la deuda

  • Aseguran que el problema no acaba contratando a otra empresa para este servicio escolar.

La situación que se vive en los comedores de 18 colegios de Sevilla tiende a agravarse. La retirada por parte de la Junta de la adjudicación de este servicio al Grupo Brassica no parece que solucione el problema. Al perjuicio que ocasiona a las familias de 1.800 alumnos el no contar con comedor (al menos durante una semana) se une la advertencia de los trabajadores de que volverán a declararse en huelga si no se les garantiza que cobrarán los tres meses de impago que la empresa les adeuda.

"Seguiremos con el paro si no nos pagan lo que nos deben, ya sea la empresa que se haga cargo de este servicio o cualquier otra entidad", señalaba este jueves Virginia López, una monitora del comedor del Colegio La Raza, en Heliópolis, al que también abastecía de comida Brassica. En concreto, dicha empresa no les paga desde octubre: "El único ingreso que realizaron fue el 9 de noviembre por los días trabajados en septiembre y tras manifestarnos ante la sede del ISE (Ente de Infraestructuras y Servicios Educativos de Andalucía, responsable de la gestión del comedor)". Brassica tiene en la provincia sevillana alrededor de 120 trabajadores, entre monitores y ayudantes de cocina (no se incluyen aquí los transportistas). A los primeros se les adeuda una cantidad total de 900 euros, que equivale a varios meses de sueldo y no a una sola mensualidad como se informó en un primer momento por error. La demora en cobrar el salario ha llevado a algunas de estas empleadas "a vivir de la caridad", ya que dicho dinero es el único ingreso que entra en sus familias.

El futuro laboral es una incógnita. Según López, "las monitoras y ayudantes de cocina del Colegio La Raza estamos esperanzadas en que sigamos trabajando con la nueva adjudicataria, como ya ocurrió cuando nos subrogó Brassica en 2008 tras varios años de empleadas de Serunión". Estas trabajadoras secundaron la huelga del pasado martes y miércoles. Este jueves acudieron al colegio, pero estuvieron de "brazos cruzados" al haber anulado el ISE el contrato con Brassica habida cuenta de los impagos a su plantilla y las críticas a la calidad de la comida. A este respecto, López destaca que los últimos meses la fruta solía venir con "picadura", el pescado no estaba "bien cocinado" y la comida era escasa. "Hubo días en los que repartimos una albóndiga y media por niño", señala esta monitora.

Las advertencias de las empleadas sobre la comida generaron la alarma. Rafael Bueno, padre de dos alumnos de 7 y 9 años en el citado colegio, explica que "llegamos a dudar, incluso, de que los alimentos tuvieran garantía sanitaria. Por este motivo, acudimos al ISE en 2011, pero no adoptaron ninguna medida. Sólo nos escuchó el Ayuntamiento, que envió un técnico para comprobar la calidad de la comida". Este sevillano asegura que "hubo padres que retiraron a su hijo del comedor y otros no tuvimos más remedio que dejarlos porque no podíamos hacernos cargos de ellos por motivos laborales". La supresión de este servicio durante una semana ha generado bastantes molestias en las familias, que se han visto obligadas a realizar "auténticos malabares" para que sus hijos estén atendidos durante ese horario.

El ISE tuvo constancia de las críticas a la mala calidad de la comida servida por Brassica hasta por los directores de cuatro colegios de la ciudad hispalense hace dos meses, cuando mantuvieron una reunión con los técnicos, según aseguran miembros del equipo directivo de uno de estos centros.

El comedor cuesta 4,50 euros por alumno y día. Sobre este precio la Administración educativa aplica bonificaciones en función de la renta familiar y diversas circunstancias sociales. La monitora Virginia López incide en que, pese a que Brassica responsabiliza a la Junta de la demora en el pago, "el dinero de los padres que costean íntegramente el comedor -como es el caso de la mayoría de los usuarios del de La Raza- va directamente a la empresa, por lo que no tiene sentido el retraso". El consejero delegado de Brassica, Manuel García Gallardo, adelantó a EFE que recurirá la retirada del contrato y que todo obedece a una "caza de brujas" para que ceda el servicio a una firma italiana.

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