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¿Cómo afrontan los sevillanos la muerte? Duelos cada vez más cortos y secularizados

Sevillanos visitando la tumba de un familiar fallecido en el cementerio de San Fernando.

Sevillanos visitando la tumba de un familiar fallecido en el cementerio de San Fernando. / José Ángel García

El modo de afrontar la muerte ha cambiado. A los velatorios en casa, de día y noche, y a las honras fúnebres en los templos, ha sucedido otra tendencia con la que se encara de un modo bien distinto la manera de despedir a un familiar o ser querido. Los servicios funerarios son prueba evidente de esta transformación, ligada también a un cambio cultural en la sociedad sevillana. 

Fuentes del sector funerario consultadas por este periódico así lo afirman. Este ámbito económico siempre ha estado ligado, al menos en Andalucía Occidental, al seguro de deceso. "El 90% de los servicios que gestionamos vienen por parte de una aseguradora", indica Julio Ortega, uno de los empresarios que operan en dicha actividad. 

Uno de los principales cambios surgió a finales de los 90, cuando el uso de los tanatorios comenzó a extenderse. Hasta entonces, y principalmente en el ámbito rural, las casas acogían los velatorios, una costumbre que, por comodidad e higiene, se ha trasladado por completo a estas instalaciones. Hasta entonces, una de las principales preocupaciones de los familiares era el tipo de féretro para los restos mortales. "La pregunta más común por aquel entonces era si existía un modelo mejor que el incluido en el seguro", refiere Ortega. Tal preocupación ahora ha desaparecido, debido principalmente al fuerte aumento que han experimentado las incineraciones, especialmente en la capital hispalense. 

Evitar enfrentarse a la muerte

"Ahora apenas se discute el ataúd que incluye la póliza. En todo caso, se piden más flores", apunta este profesional, quien incide en que también en este tiempo se ha percibido otro cambio de costumbre en quienes solicitan los servicios funerarios: "Se intenta, por todos los medios, que el contacto con el fallecido sea el mínimo posible, evitar enfrentarse a la muerte cara a cara", apostilla. 

Ello explicaría que en el diseño de los nuevos tanatorios, el espacio reservado para acoger y exponer el ataúd con el fallecido se encuentra en un rincón de las salas de velatorio, de manera que no resulte visible a la mayoría de las personas que a esas instalaciones acuden. "Es otra manera de afrontar la muerte, no como una pérdida, sino como un cambio de ciclo", incide Ortega.

Otra costumbre alterada es la duración del velatorio. Hasta no hace mucho los dolientes permanecían toda la noche acompañando al difunto. Bien en sus domicilios o en el tanatorio. Ahora la mayoría de las familias, llegada la noche, se marchan a casa a descansar y vuelven por la mañana para seguir recibiendo visitas

Parroquias sin exequias

En la nueva manera de afrontar contribuye el imperante secularismo, que ha ido desplazando aspectos religiosos en momentos trascendentales de la vida. Dentro de esta tendencia ha de destacarse que cada vez son más las misas que se celebran en los tanatorios que disponen de capilla, que sustituyen en este servicio a las parroquias a las que pertenece el finado. En las ceremonias religiosas se ha dado paso a otra costumbre importada de Estados Unidos: la lectura de textos en homenaje al difunto, a modo de despedida, algo que muchos sevillanos han visto en series y películas norteamericanas. "En definitiva, todo tiende a convertirse en espectáculo para intentar disfrazar la muerte", refiere un párroco sobre este asunto. 

Este sacerdote destaca que en los pueblos la misa de exequias aún se sigue celebrando en las parroquias, ya que los tanatorios de localidades pequeñas no disponen de capilla para ello. En las ciudades, sin embargo, ocurre lo contrario. "La cultura de la despedida se ha encaminado hacia la rapidez, para que ese trance pase cuanto antes", manifiesta este cura, para quien ese deseo obecece a la intención que existe en la sociedad actual de "disfrazar la muerte de otra cosa, cuando la realidad es la que es". "De ahí que haya quienes intenten que no transcurran ni 24 horas para enterrar a un ser querido", abunda este sacerdote. Eso sí, todavía cuando llega noviembre muchos familiares se acuerdan de sus seres queridos y encargan misas por su alma. 

Atención psicológica en las funerarias

En una cultura en la que se intenta alejar la muerte o afrontarla de manera distinta, cuando ésta se presenta cuesta más asimilarla, de ahí que una de las novedades incorporadas por las empresas funerarias sea la atención psicológica y el acompañamiento a las personas del entorno más cercano al difunto. Ejemplo de ello es la ayuda que presta la compañía ASV Meridiano Seguros a los familiares. "Se busca ofrecer un nuevo recurso con el que prevenir complicaciones derivadas de la pérdida de un ser querido mediante ayuda profesional y dar un paso más allá en el acompañamiento y el cuidado de la salud emocional y psicológica", refieren en esta empresa.

En cuanto a los nuevos servicios que se ofrecen en los tanatorios debe señalarse un dato: uno de los aspectos que más interés despierta en los familiares de los fallecidos es el catering incluido en el seguro. "Muchos clientes comparan lo que incluye el de una compañía y otra, y exigen lo mismo si ven que el de la suya no contempla ciertos productos", subraya Ortega, que destaca que ya hay quienes piden estar al día en tendencias gastronómicas para estos momentos: "Ha habido familias que han solicitado sushi y existen compañías que lo ofrecen en su catálogo". 

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