Un complejo bioclimático y tecnológico manteniendo el jardín para la nueva sede de la Gerencia de Urbanismo de Sevilla

La Gerencia de Urbanismo de Sevilla se prepara para una transformación significativa, consolidando su sede como un complejo de pabellones intercalados en un jardín arbolado frondoso, una característica que ya era “muy apreciada por sus usuarios” a pesar de estar alojada en construcciones modulares provisionales desde la Exposición Universal de 1992. El proceso de licitación para transformar la sede de la Cartuja ha continuado con la apertura del tercer sobre, en el que se valora la propuesta económica. De este modo, se ha resuelto en favor del proyecto presenatdo por Terrados Cepeda y Suárez Corchete SLP. La propuesta sustituye las construcciones modulares de la Expo 92 por pabellones de madera industrializada, garantizando la calificación energética A y la sincronización de los ritmos circadianos de sus usuarios.

La propuesta de renovación adopta una postura “radicalmente conservadora” respecto al entorno vegetal: el jardín permanecerá escrupulosamente como está, sin la pérdida de ningún espécimen e incluso densificándose. Los nuevos pabellones ocuparán con precisión el lugar dejado por las construcciones provisionales existentes, permitiendo una sustitución progresiva y menos aparatosa. Este enfoque implica la conservación del sistema de recorridos actual del recinto, ya que el trazado de la vegetación es deudor de aquel, y los espacios libres se mantienen en su integridad.

Diseño abierto y estrategias bioclimáticas integradas

A diferencia del carácter introvertido de las estructuras preexistentes (las populares caracolas), que presentan fachadas opacas a su perímetro verde, la renovación busca sacar el máximo partido del entorno ajardinado.

La disposición adoptada para las oficinas es esencialmente anular. Las denominadas “oficinas paisaje” se abren al perímetro, maximizando las vistas al jardín y aprovechando la ventilación natural que proporciona el frondoso arbolado. Esta composición se complementa con un espacio verde adicional en el interior de cada edificio de oficinas: un patio central rectangular alargado y ajardinado. Este patio no sólo ofrece un fondo visual propio y luz natural directa, sino que también funciona como núcleo administrativo y acondicionador térmico.

Las estrategias bioclimáticas implementadas son robustas y se centran en cuatro ejes principales:

• Ventilación natural cruzada y automatizada: se ha diseñado un sistema híbrido que combina la ventilación natural y la mecánica. Se emplea un sistema automatizado de ventanas oscilantes (en el tramo superior de las carpinterías) gestionado por domótica. Sensores de CO₂ monitorizan la calidad del aire en tiempo real y, junto con temporizadores, gestionan la renovación eficiente del aire y el enfriamiento natural nocturno.
• Protección solar y eficiencia: la envolvente utiliza estores exteriores regulables, automatizados según la estación, proporcionando sombra y controlando la inmisión solar. Además, se emplean vidrios de alta eficiencia energética y el acabado de la cubierta es de color claro reflectante.
• Iluminación natural optimizada: la disposición arquitectónica (10,75 metros sin pilares intermedios entre el perímetro y el patio interior) permite una doble crujía de luz natural. De este modo, ningún puesto de trabajo está a más de 6 metros de una fuente de luz natural.
• Energía renovable y geotermia: la propuesta incluye una pérgola fotovoltaica ubicada en el centro del patio (evitando la sombra del arbolado) con capacidad para 56 módulos (28 kW de potencia pico). Esta capacidad no solo garantiza la Calificación Energética A de la edificación, sino que también sombrea el patio, potenciando su función de acondicionador térmico. Adicionalmente, se propone el uso de geotermia superficial bajo la cámara de aire de las edificaciones, utilizando el paso subterráneo de conductos para atemperar previamente el aire, mejorando la eficiencia de los equipos de aire acondicionado.

La oficina como herramienta de salud

La propuesta incorpora mejoras tecnológicas avanzadas orientadas al bienestar físico y psicológico de los usuarios. Uno de los puntos clave es la adopción de la iluminación biodinámica, una línea de investigación que busca reproducir artificialmente las variaciones dinámicas de la luz natural para sincronizar los ritmos circadianos de los trabajadores. Los ritmos circadianos regulan funciones corporales como la temperatura y los ciclos de sueño.

El sistema eléctrico es de doble canal (luz cálida y luz fría). Mediante la combinación variable de estos canales, es posible generar una gama continua de temperaturas de color que va desde los 2700 K hasta los 5700 K. La regulación se realiza mediante un sistema de control DALI, apoyado por una red de sensores. Estos sensores miden en tiempo real la contribución de la luz natural, permitiendo al sistema ajustar automáticamente la luz eléctrica para mantener niveles óptimos de iluminancia. La sincronización de los ritmos circadianos se gestiona específicamente con la herramienta Circalight.

Construcción industrializada y sostenibilidad en madera

Para lograr la sustitución progresiva de los edificios con la mínima interferencia física y temporal con la actividad cotidiana de la Gerencia, el proyecto opta por sistemas industrializados ligeros.

El material preponderante es la madera laminada y contralaminada (CLT) para estructuras y cerramientos. Esta elección es coherente con la idea de un pabellón ligero inserto en un jardín, y ofrece la huella de carbono más favorable de entre los posibles materiales estructurales, ya que no produce una aportación neta de carbono, a diferencia del hormigón o el acero.

La prefabricación permite que gran parte de los trabajos se anticipen en taller y coexistan con la construcción en el lugar. Se estima que el tiempo de construcción in situ de cada pabellón podría reducirse hasta un plazo de cuatro meses. El sistema adoptado permite resolver luces de 10,75 metros, proporcionando una oficina sin interferencias de pilares para una máxima flexibilidad de distribución. Los módulos de forjado, por ejemplo, tienen un ancho de transporte optimizado de 1,25 metros.

La construcción está alineada con los criterios de edificación sostenible, incluyendo el montaje en seco y el uso de un suelo técnico elevado acabado en caucho, que facilita la flexibilidad de las tomas eléctricas y de datos. Además de la madera, se emplean materiales con un componente importante de reciclado, como las carpinterías de aluminio anodizado reciclado.

Organización y mantenimiento

El plan de ejecución se realizará por fases para garantizar la compatibilidad de las obras con la continuidad de la actividad de la GUMA. La construcción se ha diseñado para que cada pabellón pueda ser sustituido de forma independiente, introduciendo los elementos prefabricados desde las calles colindantes, sin interferir con las circulaciones interiores.

El conjunto incluye un pabellón de recepción denominado “edificio porche”, situado de forma tangente a la entrada general. Su planta baja es transparente, albergando el control de acceso, un amplio vestíbulo y un bar-cafetería con orientación visual hacia el arbolado. La planta alta contiene el salón de usos múltiples y la sala de uso social.

En cuanto al mantenimiento, los sistemas propuestos son mínimos. Los acabados interiores de madera vista no requieren mantenimiento alguno. En el exterior, solamente los pilares vistos de madera laminada necesitarán un barniz leve tipo “lasur” de poro abierto cada tres años para conservar su aspecto. Las instalaciones están centralizadas en el anillo intermedio de armarios y en los cuartos húmedos de las esquinas, siendo totalmente registrables para facilitar su reparación o sustitución.

“Este proyecto no sólo representa una mejora funcional y estética, sino que consolida la Gerencia de Urbanismo como un referente de arquitectura bioclimática y tecnológica en Sevilla, manteniendo la esencia de una oficina en un jardín”.