¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Repeticiones y repetidores
Después de casi un año de tira y afloja entre el Ministerio de Defensa y la Gerencia de Urbanismo, han comenzado las obras en los cinco pabellones militares de la avenida Eduardo Dato destinados a acoger la nueva sede de la Delegación de Defensa en Sevilla, un proyecto que cuenta con una inversión de poco más de cinco millones de euros y que durará, en el mejor de los casos, unos 15 meses.
El proyecto, que cuenta con el visto bueno de la Comisión de Patrimonio, contempla la rehabilitación completa de los graciosos chalés regionalistas ubicados en Eduardo Dato (del 7 al 15) y que antaño sirvieron de residencia a los mandos militares destinados en la Real Fábrica de Artillería, justo enfrente.
El inicio de los trabajos, como se observa en la imagen, ya ha supuesto la limpieza de la trasera de los pabellones, repleta de muretes y pequeñas dependencias carentes de valor patrimonial. El único pero que ha puesto Cultura al visto bueno del proyecto es que se respeten las carpinterías blancas de la fachada, desechando la idea de Defensa de colocar unas nuevas de metal dorado.
Las obras se enmarcan dentro del pacto entre Defensa y el Ayuntamiento de Sevilla. Según éste, el Consistorio se hacía con la propiedad de la Fábrica de Artillería (uno de los ejemplos más valiosos en arquitectura militar española del siglo XVIII) y del cuartel de San Fernando (actuales cocheras de Tussam) a cambio de la recalificación de algunos terrenos de Defensa, como los que posee en la prolongación de la Palmera.
El inicio de las obras significa que, a mediados del año 2010, la Real Fábrica de Artillería (que actualmente aún acoge las oficinas de la Delegación de Defensa) se verán definitivamente libres sin que, hasta el momento, se haya decidido su futuro uso, aunque todos coinciden en que un edificio de esta importancia debe acoger una actividad acorde con el entorno monumental.
La posibilidad que más se ha barajado hasta el momento es que en la rehabilitación del edificio (que podría costar unos 70 millones de euros) participen el Ministerio de Cultura (que ubicaría allí el Archivo Histórico Provincial, hoy con verdaderos problemas de espacio), la Consejería de Cultura (que lo usaría de sede del Archivo General de Andalucía) y el propio Ayuntamiento. Sin embargo, todo está a la espera de un impulso político y, lo que es más importante, de partidas presupuestarias.
Otro proyecto que se ha barajado para la antigua fábrica es trasladar a sus dependencias las escuelas de Arquitectura Superior y Arquitectura Técnica.
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