Defiende claro y alto los intereses de 60.000 regantes a los que representa, que gestionan en conjunto el 33% de la superficie de riego andaluza. Margarita Bustamante (Sevilla, 1962), presidenta de la asociación mayoritaria del regadío andaluz (Feragua), aclara que el sector está preocupado por el efecto del dragado del río en los cultivos de arroz y en la cuenca y recalca que los regantes se opondrán a esta obra "hasta que se cumplan las garantías que necesitamos".

Esas ciertas garantías son que se lleven a la práctica las recomendaciones de los científicos y expertos sobre el río expresadas en el dictamen de 2010, que se solucione el problema de salinidad del agua que les afecta y que se ejecute el proyecto de modernización del arroz. La modernización del riego en el Bajo Guadalquivir beneficiaría a 35.000 hectáreas de regadío arrocero con una mejor calidad de agua, pero su coste es muy elevado para que el sector lo asuma en solitario. Se estima en 150 millones de euros. Bustamante rehúsa valorar la petición de compensaciones económicas para esta obra que la federación de arroceros de Sevilla -integrada en Feragua- pide a las administraciones si el dragado se hace y tiene efectos negativos para el arroz. La presidenta andaluza asegura que no valorará esta propuesta de la federación sevillana porque nadie le ha ofrecido estas compensaciones por el momento. En caso que las obras del dragado se inicien, Feragua está dispuesta a denuncialo ante la Unión Europea y a exigir un aval que cubra los daños al regadío y a Doñana.