Bajo mínimos. Así se dará este miércoles un nuevo paso en Sevilla en la liberación de medidas de contención contra el coronavirus, cuando, tras aprobarse hoy en el Consejo de Ministros, los sevillanos, como el resto de los españoles, digan adiós a la obligatoriedad de usar la mascarilla en el transporte público.

Según la última actualización de datos facilitados por la Consejería de Salud y Consumo, en los hospitales públicos de la provincia hay 20 personas ingresadas por coronavirus, de las que cuatro están en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Se trata de una de las cifras de hospitalizados más bajos tras casi tres años de pandemia. Durante la última semana han precisado ingreso hospitalario 26 casos, ninguno de ellos en cuidados intensivos, según el último informe semanal, publicado el pasado martes. 

Por su parte, durante la última semana se ha comunicado 76 nuevos positivos que hacen que la incidencia acumulada haya descendido a 24,5 casos por cada cien mil habitantes, siendo la población de 60 años o más, el grupo de edad sobre el que se mantiene la vigilancia actualmente. La incidencia acumulada de los últimos 14 días se posiciona en 22,3 en el caso de los mayores de 80 años y la de los últimos 7, más a corto plazo, a 8,1. Se convierte así en el el colectivo con más positivos a escasas horas de que el Gobierno levante la obligación de llevar mascarillas en el transporte público, permaneciendo su obligatoriedad sólo en los centros sanitarios, incluidas clínicas y farmacias. De ahí que las autoridades sanitarias sigan recomendando el uso de mascarillas en personas mayores, al ser las más vulnerables frente a la infección.

Así todo, la cifra de hospitalizaciones actual de la provincia de Sevilla queda muy lejos del pico de hospitalizaciones Covid, que se alcanzó en la tercera ola de coronavirus en febrero de 2021, cuando los datos rozaban los 900 ingresados y se superaron los 131 en la UCI. También de las cifras de enero de 2022, cuando la sexta ola de Covid causada por la variante ómicron, más contagiosa, provocó también picos de positivos, por encima de los mil diarios. 

Desde el primer ingreso por esta patología, el pasado mes de febrero de 2020, el sistema sanitario ha tenido que hacer frente a una elevada presión asistencial, que ha puesto a prueba la capacidad de los hospitales y centros de salud y ha obligado a reorganizar los recursos y a habilitar nuevos equipamientos para hacer frente a la creciente emergencia.