Los policías investigados denuncian una campaña de "acoso y derribo"
Los agentes del grupo VII explican que, si bien no saben los motivos, las sospechas sobre ellos se iniciaron después de investigar el robo de la droga en la Jefatura Superior
Se sienten cabezas de turco y víctimas de una campaña de "acoso y derribo" contra su unidad. Varios policías del grupo de Mediano Tráfico de estupefacientes de Sevilla, conocido como el grupo VII, comparecieron ayer ante los periodistas para defender su inocencia respecto a la investigación abierta contra varios miembros de esta unidad por favorecer presuntamente el narcotráfico.
Los agentes, que prefieren guardar su anonimato, aseguran que no saben los motivos por los que están sometidos a esta "persecución", pero consideran "significativo" que todas las escuchas telefónicas e investigaciones sobre estos agentes se hayan iniciado después de que estos policías desempeñaran un papel muy importante en la investigación que la unidad central de Asuntos Internos llevó a cabo en torno al robo de 154 kilos de cocaína y heroína, que se saldó con la detención e ingreso en prisión de un policía de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco), y la imputación de otros tres mandos por un posible encubrimiento.
Los policías del grupo VII advierten que "prácticamente se les impuso" la colaboración con Asuntos Internos para esclarecer el robo en los calabozos de la Jefatura, porque no se fiaban de nadie. Esta participación en la investigación que centralizaba la unidad de Asuntos Internos provocó que fueran tachados de "chivatos" por algunos de sus compañeros y que desde hace meses surgieran rumores de que ellos mismos iban a ser investigados. En la actualidad, "todo el grupo está bajo sospecha", como demuestra que la juez haya accedido, a petición de la Unidad de Coordinación Operativa Territorial (Ucot) -que investiga a estos agentes-, a registrar las taquillas y los cajones de las mesas utilizadas por estos funcionarios.
La rivalidad entre la Udyco y el grupo de Mediano Tráfico también puede estar detrás de esta supuesta "persecución". Los agentes del grupo VII señalan a este respecto que, a pesar de que su unidad cuenta con menos medios que la Udyco han realizado más intervenciones y más alijos, como los 11.000 kilos de hachís intervenidos en unos garajes de Sevilla-Este, lo que ha dejado a las otras unidades de élite "en evidencia". Los policías relatan que se ha dicho contra ellos toda clase de comentarios "maliciosos", como, por ejemplo, que tenían éxito en sus operaciones porque pagaban con drogas a los confidentes.
Los miembros del grupo VII que comparecieron ante los periodistas denunciaron asimismo la "falta de rigor y la animadversión" hacia su unidad, que se ha traducido en la presentación de una serie de "pruebas falsas" que han llevado a la detención de uno de los agentes y a la imputación del jefe del grupo, que también declaró ante Asuntos Internos. Entre esas pruebas falsas y no contrastadas, los policías señalan que se les acusó de vender en una tienda que uno de ellos tenía con un socio -que fue detenido con 1,5 kilos de hachís- sustancias anabolizantes, cuando lo cierto es que se trataba de complejos vitamínicos legales, o de haber comprado vehículos por importe superior a 100.000 euros, cuando en realidad lo compraron de segunda mano por un precio muy inferior.
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