EL primer viernes de la primavera de 2016 se estrenará Todo es de color. Todas las miradas de la cronología están puestas en que hace cuarenta años pasó algo muy importante en la historia de este país. La muerte del militar ferrolano es una reliquia del pasado. Hay reliquias con mucho futuro que datan de ese año: en 1975 Gonzalo García Pelayo produce el primer disco de Triana, El Patio, y dirige la película Manuela, con música de ese disco y de Nuevo Día, de Lole y Manuel.

Cuarenta años después, el mismo productor y director vuelve a ese grupo con la película Todo es de color. Ayer acabó el rodaje en el cementerio de Villaviciosa de Odón, donde descansan los restos de Jesús de la Rosa y Juan José Palacios Tele. El camposanto de la localidad madrileña se llenó de extras, cantaron Raimundo Amador, Gualberto y Antoñito Smash. El final del rodaje es el comienzo de la película, que como El tercer hombre, de Carol Reed, o Volver, de Pedro Almodóvar, empieza en un cementerio.

En la película trabajan Vanessa García y Cristina García, hija y nieta de Gonzalo García Pelayo. La presencia de tres generaciones es una metáfora de ese legado. "Que un grupo trascienda cuarenta años sin estar presente es un acontecimiento", dice Paco Millán, productor de la cinta.

Javier García Pelayo los descubrió, fue su mánager y protagoniza la película que dirige su hermano Gonzalo y en la que trabajan el Cabeza, el Culebra, Jorge Cadaval y Ken Appledorn. Aquellos solteros son abuelos. Lo son Javier García Pelayo y Eduardo Rodríguez Rodway, superviviente, que vive en Los Caños de Meca. En el rodaje de la Alameda hubo fans como Juan Huéscar, multimillonario que vive en Suiza, que vino con su guitarra y con su esposa, una suiza que con el nombre artístico de Osuna de Sevilla grabó en francés Tu Frialdad. Un día después del rodaje en la Alameda, uno de los moteros falleció en accidente de tráfico.