Era la primera vez que el Ayuntamiento de Sevilla celebraba el día de los Bomberos. En tiempos de penuria económica, en un gesto que apenas cuesta dinero y que tan bien sienta a quienes trabajan dentro del cuerpo, el alcalde, Juan Ignacio Zoido, prometió hace unos meses que el gobierno local celebraría el día del patrón de los Bomberos como lo hace cada año con el de la Policía Local. Sería un evento con cierta solemnidad, con entrega de condecoraciones y, por qué no para ser el primer año, con la toma de posesión de los 79 nuevos funcionarios para darle aún más realce al acto.

El Ayuntamiento recogía así la tradición de un grupo de bomberos sevillanos, que seguían celebrando en privado su día cada 8 de marzo, festividad de San Juan de Dios, el santo que salvó a los enfermos de un incendio en el Hospital Real de Granada. Era una forma de contentar en parte a un cuerpo cuya plantilla estaba cada vez más envejecida, cuyos parques presentan graves daños estructurales y que ha perdido buena parte de sus complementos económicos en los últimos años.

Zoido calcó el formato del día de la Policía Local. Arrancó el acto con un emotivo vídeo que ha venido precedido por una campaña en las redes sociales. Bajo la etiqueta #6minutos, el tiempo medio de respuesta de los bomberos sevillanos, varios agentes  en activo y algunos jubilados relatan sus experiencias. Incendios, accidentes de tráfico con personas atrapadas, conducciones a la carrera para llegar a tiempo, un día de guardia en el parque central... 

Llegó el turno de los nuevos. Entre ellas, dos bomberas, las dos primeras de la historia de la plantilla sevillana. Tanto Zoido como el edil de Seguridad, Juan Bueno, reivindicaron las obras de remodelación del Parque Central y la ampliación de la plantilla en 79 agentes, 55 bomberos y 24 bomberos conductores. No dijeron, claro, que las plazas fueron convocadas por la junta de gobierno aún en tiempos del ejecutivo anterior. A falta de nada más sustancioso que anunciar, el alcalde recurrió a la complicidad con su auditorio, al guiño con Julio, un bombero de los recién incorporadas a quien su familia le había colocado una pancarta en el salón de actos de Fibes. "Papá, lo conseguiste", decía el cartel, con una foto de su hijo sonriendo con un casco de bombero puesto.

Siguió Zoido prometiéndole a los agentes que se irá con ellos a pasar un día de guardia, a comerse una paella como la que salía en el vídeo, y remató anunciando una campaña de prevención de incendios en redes sociales y con las asociaciones de vecinos. No hay dinero para más. El poco que hay se dedicará a poner en marcha, de una vez por todas, el centro de control de la Ranilla.