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Patrimonio y turismo

Las obras 'redescubren' la muralla de la Macarena

  • Los trabajos están ejecutados en un tercio en la zona intramuros y en unos días se inicia otra fase en el Arco

  • Una herramienta permitirá en el futuro conocer en 3D el proceso y el estado del BIC

Avance de las obras en la muralla de la Macarena. / Juan Carlos Vázquez

Los trabajos avanzan a buen ritmo y en la fachada intramuros de la muralla de la Macarena ya son visibles los resultados de una intervención calificada por los gestores municipales como muy satisfactoria y que permitirá, al margen de la restauración, contar con un caudal de información enorme y valioso sobre un patrimonio histórico artístico cuya puesta en valor ha sido una asignatura pendiente durante décadas.

La actuación que se acomete desde primeros de año, a cargo de la empresa Patrimonio Inteligente, cuenta tanto con financiación europea como del Gobierno central, fondos que suman un total de tres millones de euros, y se divide en cuatro fases. La primera está ejecutada en un tercio y consiste en la restaruación del muro interior; y la segunda será la conservación del Arco de la Macarena, donde en unos días se pondrán los andamios para iniciar la obra. La intención es que los trabajos, conformen se vayan licitando, se desarrollen de manera simultánea para que la intervención global concluya en 2022.

El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ha visitado este jueves las obras junto con los técnicos de la Gerencia de Urbanismo que coordinan los trabajos y que han explicado los criterios aplicados en una restauración que está siendo muy respetuosa para no borrar los testimonios históricos preexistentes. Ello permite una identificación cronológica que facilita visualmente una lectura de los distintos periodos en los que se ha intervenido en este tramo de muralla de Sevilla.

Según recuerda el arquitecto Fernando Sánchez Navarrete, el objeto del proyecto es restaurar la parte dañada de la muralla que pudiera producir un deterioro impórtente en el futuro. Y, siguiendo los criterios sobre materiales que marca la normativa que emana de la Unesco y del Ministerio de Cultura, lograr que la intervención en marcha se distinga pero no desvirtúe otras realizadas en otras épocas. “En 2019 ya se hicieron estudios previos muy exhaustivos que permitieron concluir que la muralla no tiene ningún problema estructural y que la intervención es epidérmica”, apunta el arquitecto.

La muralla intramuros se ha dividido en varios cajones de obras, según explicaron los técnicos. Así, se está realizando una limpieza general del paramento mediante cepillado general, con retirada de vegetación, y se están rellanado las fisuras, grietas y oquedades con morteros y hormigones de cal con dosificaciones y áridos adecuados, así como una entonación cromática final si la superficie lo demanda. Las pérdidas de material se están reponiendo con tratamientos distintos en función de su tamaño y grado de lesión y deterioro: sólo con producto consolidante en caso de que sean leves e inferiores a cinco centímetros, con enfoscado rehundido de hormigón de cal, árido visible en superficie y entonado cromático de tierras naturales al agua de cal si son pequeños bloques de entre 5 y 15 centímetros y para pérdidas superiores a los 15 centímetros se opta por una recuperación de los volúmenes  mediante estructura de mampuestos de hormigón de cal fabricados in situ y recibidos con el mismo material, y cuyo acabado sigue las mismas pautas del nivel anterior. Posteriormente, se aplica un producto consolidante para afianzar más la estructura en toda la cara interior de la muralla, a fin de que se conserve lo mejor posible. Y el último paso será la hidrofugación, para proteger los paramentos de la humedad exterior. Anexo a la muralla existe un vivero, que es una concesión municipal, que produce la propagación de semillas y ha obligado a aplicar también biocidas pues incluso los técnicos han sacado del paseo de ronda de la muralla un olivo bastante arraigado, según ha comentado el aparejador Gonzalo Sánchez Caballos.

El arqueólogo conservador Óscar Ramírez destaca el caudal de información enorme que está proporcionando la restauración de la muralla, que está siendo “muy escrupulosa”. Sólo visualmente se pueden observar en el lienzo de muralla las distintas intervenciones a lo largo de la historia. En el primer cajón, pegado al suelo se identifica la restauración de 1985, en la que se usó algo de cemento que da un tono grisáceo a la muralla; luego se identifica la muralla original del siglo XII almorávide; y un recrecido de dos cajones de color más claro que corresponde a la época almohade. Una lectura histórica clara intersante de divulgar. Así, la idea es, en un futuro, preparar una herramienta para consultar estos datos en formato 3D y que ello sea accesible para el público. “Se está haciendo un barrido fotogramétrico para realizar una planimetría en 3D para que se pueda consultar el volumen de la muralla completo, con todas las intervenciones y patologías... y esto nos va a servir para aquilatar mejor las próximas intervenciones”.

Los técnicos han arrancado del paseo de ronda de la muralla un olivo muy arraigado

Gracias a esta técnica se han podido identificar mechinales  con agujas originales del siglo XII y XIII e integrar con mayor facilidad y de manera menos traumática la integración de esta obra.

El siguiente paso será la intervención en el Arco. Estas obras cuentan con un presupuesto de 205.000 euros, las ejecutará la empresa Hermanos Campano con un plazo de cuatro meses y se centran principalmente en la reparación de los pináculos de remate y en mejoras de impermeabilización de la cubierta. Se procederá también a la reparación de las diversas patologías que afectan a las fábricas, tanto en las de ladrillo como en las tapias.  También se aprovechará para eliminar las reparaciones puntuales realizadas anteriormente con morteros de cemento, así como las pinturas aplicadas con productos acrílicos. Asimismo, se restaurarán los paños de azulejería del Arco mediante limpieza y eliminación de depósitos, algas y demás elementos perjudiciales, consolidación de la superficie vítrea y protección final. Se procederá, asimismo, a la restauración de la policromía aparecida en la cornisa. Por último se aplicará un revoco de mortero de cal acabado con un estuco y rematado mediante un enjalbegado de cal, proporcionando un acabado más acorde con el carácter de Bien de Interés Cultural del monumento.

El proyecto para la actuación extramuros ya está redactado y cuenta con informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico. Y para acometer la fase restante, la restauración de la Puerta de Córdoba, la Hermandad de San Hermenegildo, en cuya iglesia está integrada esta parte de la muralla, recibirá 70.000 euros para financiar las obras.

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