La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha puesto sobre la mesa un calendario para la retirada progresiva de las mascarillas en el interior de las aulas, una vez que ya no es obligatorio su uso en los recreos. Una propuesta que cuenta con el apoyo de la Consejería de Salud y Familias y que será tratada este miércoles en el Consejo Interterritorial de Salud, según anunció ayer el consejero Jesús Aguirre, pero que no acaba de convencer a todos los sectores involucrados en los efectos de esta nueva medida, donde la opinión está dividida.

Según recoge el grupo de Trabajo de la AEP para la Reapertura de la Escolarización en un informe "parecería razonable utilizar la plataforma de las escuelas como primer paso para monitorizar el impacto de una desescalada progresiva de mascarillas en interiores cuando la situación epidemiológica lo permita". Y ese momento, según el mismo documento, ya ha llegado, ya que se plantea que, aprovechando la menor agresividad del virus entre los niños, habría que empezar a aplicar un plan de retirada escalonada, según sus recomendaciones, empezaría por Primaria y acabaría por Bachillerato.

"Siempre mostramos máximo respeto a las indicaciones sanitarias consensuadas por la comunidad científica y los expertos y en esa postura nos mantenemos con esta propuesta", explica la portavoz de la Asociación de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía (AndaPap), Carmen Fidalgo, quien apunta a la controversia que la medida ha causado entre los pediatras andaluces donde la opinión "está dividida". "No hay un posicionamiento unánime, pero como asociación nos posicionamos siempre de acuerdo a lo que consideren las autoridades sanitarias que están avaladas por los expertos", añade.

En este conecto, el epidemiólogo del Distrito Sanitario Sevilla, Eduardo Briones, pide "cautela" aunque sí considera que "el entorno escolar es el más seguro para ir implementando estas medidas". A modo general, el epidemiólogo insiste en que el fin de las mascarillas en interiores es que "es una de las últimas medidas que habría que tomar" y rehúye a poner fechas. "Hay que hacer una evaluación del riesgo en cada momento", sentencia.

Por su parte, desde la comunidad educativa los profesores plantean, en primer lugar, que es una decisión sanitaria y que deberán acatarla si se acuerda, como expone Matilde López, presidenta en Sevilla de la Asociación Andaluza de Directores de Infantil, Primaria y Residencias Escolares (Asadipre). No obstante, en su opinión, considera que, teniendo en cuenta la "situación tan complicada" que han atravesado los colegios tras las vacaciones de Navidad, la medida "algo prematura". "En los colegios hemos pasado momentos muy difíciles. La vuelta de las vacaciones ha sido horrorosa con muchos positivos y muchas bajas y todavía nos estamos recuperando. La comunidad educativa, en general, está temerosa. Hemos pasado semanas muy duras. Es como otra prueba más, pero la autoridad sanitaria es la que decide", manifiesta.

Mientras tanto, según los datos recopilados por Salud a dos semanas de su aplicación, el paso de prescindir de mascarilla en los patios no ha conllevado una mayor incidencia de casos entre la población escolar. La tasa de casos confirmados por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) es en la provincia es de 261,1, mientras que para el grupo de edad de 5 a 11 años y de 12 a 19 es de 139,1 y 187,9 casos, respectivamente.

En cuanto a la vacunación ante el Covid-19, en Sevilla el 57,9% de la población entre 5 y 11 años ha recibido al menos una dosis, dato que se eleva hasta el 95,3% en el caso de los sevillanos de entre 12 y 19 años. En el último parte hecho público por Salud ayer con información sobre aulas en cuarentena se señaló que sólo había una clase confinada en la provincia, dato en el que tiene que ver los cambios introducidos en el protocolo sanitario para la gestión de casos en los centros educativos.