El reto de escribir el Pregón

Una gran placa en la puerta de la casa de Fernando Cano-Romero, pregonero de la Semana Santa de Sevilla de 2011, en la que se insta al visitante a rezar un Ave María antes de entrar, indica que allí vive una familia cofrade y comprometida con la Iglesia. Con esta primera imagen se toparon las autoridades (religiosas, civiles y cofradieras) que ayer fueron a cumplimentar, como marca la tradición, al encargado de anunciar la próxima Semana Mayor.

Hasta la residencia familiar, situada en la calle Bobby Deglané, muy cerca de la Magdalena, se desplazaron el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo; el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín; y la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto- Castro. El pregonero estuvo arropado por sus hijos, yernos y nueras, por numerosos amigos y por una gran cantidad de miembros del Consejo de Cofradías, con su presidente, Adolfo Arenas, a la cabeza.

Antes de disfrutar de un menú compuesto, entre otras viandas, por un ajo de Jerez, langostinos de Sanlúcar y pescao frito, Fernando Cano-Romero explicó, como ya advirtió el día de su designación, que lo que peor está llevando es tener que escribir el texto del pregón: "Es lo más difícil y lo que más me cuesta. Nunca he escrito ninguno de los pregones que he dado, pero ahora estoy en la obligación de hacerlo porque el Pregón se edita. Mi familia teme mucho que suene frío porque nunca he leído nada. Me tendré que poner a ensayar para que salga lo mejor posible".

El texto, aún en proceso de producción, está bastante adelantado, aunque el pregonero esgrimió que le queda lo más difícil como es darle forma y encajar las piezas: "Hay muchas cosas deshilvanadas. Lo he ido escribiendo a medida que se me ha ido ocurriendo, por lo que luego vendrá lo más complejo que es encajarlo todo. No sé si cuando lo lea me van a salir uno, dos, o tres pregones. Le tendría que meter la tijera para que dure un tiempo lógico".

El pregonero y el arzobispo estuvieron charlando amistosamente sobre el primo beato del primero, José María Ruiz Cano, natural de la localidad de Sigüenza, como el prelado hispalense.