El reto deportivo y personal de Macarena: navegar por la Antártida tras superar un cáncer

Reto Pelayo Vida

La sevillana es una de las cinco mujeres supervivientes de cáncer que participarán en una aventura de navegación por la Antártida para demostrar que hay vida después de la enfermedad

Avanzar frente al cáncer de pulmón desde la solidaridad

Macarena Bohórquez, superviviente de cáncer y una de las cinco seleccionadas para el Reto Pelayo Vida en el que navegarán por la Antártida durante 20 días / Juan Carlos Vázquez

Olas de diez metros de altura, rachas de viento de más de 100 kilómetros por hora y temperaturas veraniegas bajo cero. A la sevillana Macarena Bohórquez nada la frena. Sólo quiere demostrar que la vida está "para disfrutarla" y "para agarrarse a ella" en situaciones tan extremas como la que dentro de muy poco tendrá que afrontar a bordo de un barco en un territorio tan intrigante como vertiginoso, la Antártida; pero también como a la que hace apenas once meses le tocó plantar cara cuando fue diagnosticada de un sarcoma, un cáncer de los calificados raros, con pronóstico complicado y escasa investigación y del que, afortunadamente hoy, puede hablar en pasado.

Macarena es una de las cinco mujeres supervivientes de cáncer seleccionadas para participar en el décimo aniversario del Reto Pelayo Vida 2024. Una iniciativa inspiradora en la que aquellas que consiguen una plaza tienen la gran responsabilidad, por ellas y por todas esas pacientes, de demostrar que después del cáncer se pueden hacer miles de cosas y de que existe aún mucha vida después de la enfermedad, según los organizadores. Este año, la aventura consiste en navegar durante 20 días por la Antártida, donde desembarcarán y clavarán una bandera en honor a todas las mujeres supervivientes de cáncer. Comenzarán el trayecto desde Ushuaia, en Argentina, y harán el paso de Drake a bordo de un velero. Junto a ellas, un equipo de tripulación, periodistas, un médico y una enfermera. Las fechas ya están marcadas en rojo en el calendario de esta sevillana de 35 años, el próximo mes de noviembre, aprovechando el verano astral y las mejores condiciones de la Antártida.

Aunque puede parecer mucho, todo está a la vuelta de la esquina. A cuatro meses de embarcarse, nos recibe en el Club Náutico de Sevilla. Se mueve cómoda entre barcos. Conversa con los presentes con dominio de la materia. "De todo esto hace cuatro meses no tenía ni idea", rompe el momento la joven ante la atenta mirada de la periodista.

La sevillana afincada en Barbate tiene ante sí un escalofriante reto deportivo, pero también un inspirador reto personal. El origen de todo lo que hoy está viviendo se remonta a julio del año pasado. "Tuve la suerte de que me confundieron un sarcoma con un cáncer de mama. Los sarcomas son poco conocidos y, en la mayoría de ocasiones, se retrasa el diagnóstico y los pronósticos son diferentes si la enfermedad ya se ha extendido", explica la joven. Pero lo que ahora ve como una ventaja, no resta dolor a todo lo que supuso esa maldita palabra en un momento que ni ella ni los suyos no olvidarán nunca.

Macarena Bohórquez, entre barcos, en el Club Náutico de Sevilla.
Macarena Bohórquez, entre barcos, en el Club Náutico de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

"Da igual el cáncer que sea. Tu mundo se pone patas arriba desde el mismo momento en el que escuchas esa palabra. Te enfadas, te corroe el miedo y, al mismo tiempo, tomas conciencia de que sólo te queda confiar en la medicina y agarrarte a esa mano", afirma. En su caso, la de la doctora Sara Chacón, del CSUR (Centros, Servicios y Unidades de Referencia) de sarcomas del Hospital Virgen del Rocío, a quien la joven agradece su rápida recuperación. Fue todo muy rápido y exitoso. En octubre entró en quirófano y, tras la intervención, su diagnóstico cambió. Evitó la quimioterapia, terminó la radioterapia el 1 de febrero y un mes después se subió por primera vez en un barco.

"He podido entrenar, soy una de las seleccionadas y me voy a la Antártida prácticamente un año después de la operación. Es increíble", relata Macarena, que explica que supo de esta iniciativa la misma noche antes a la operación cuando, entre nervios e insomnio, se encontró una noticia en internet sobre la anterior edición de este programa. Se convirtió en su aliciente. "Salté de la cama y le dije a mi marido que ahí iba a estar yo el próximo año".

A cuatro meses de embarcarse, recuperada y consciente de la dura etapa que la vida le puso por delante hace apenas once meses, Macarena lo tiene claro. "La ilusión de formar parte de la familia del Reto Pelayo Vida ha formado parte de mi terapia", afirma. "Se hace todo muy largo. Prácticamente quedé sin movilidad en el lado izquierdo y cada avance que he ido logrando ha sido un peldaño más hacia ese objetivo y me ha servicio de motivación para borrar las malas pasadas que me jugaba mi propia cabeza", detalla.

Recuperada, venía lo más difícil: aprender a navegar. Macarena tiró de la picaresca y, también, de un poco de "cara dura". Pagar clases de navegación se salía de sus cuentas. Por ello, pegó carteles por todos los puertos desde Barbate al Puerto de Santa María y publicó un vídeo en redes sociales pidiendo ayuda. "Mi sorpresa fue la reacción de muchísimas personas desconocidas que querían ayudare y pronto me vi aprendiendo a navegar desde cero, participando en regatas, me invitaron a hacer una travesía de cuatro días en el Galeón de Andalucía", relata.

"He conocido a tanta gente bonita. He hecho amistades. Sé que sin todas las personas que me han ayudado todos estos meses mi experiencia con el cáncer hubiera sido muy diferente. Si consigo con esto que alguien descubra todo lo bueno que puede despertar iniciativas como ésta que yo descubrí la noche antes de operarme, para mí cobra todo el sentido del mundo", concluye.

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