Celebrar la primera comunión en Sevilla resulta muy asequible. Aunque se trata de un gasto que supone un importante desembolso para muchas familias cuando sus hijos van a participar por primera vez de este sacramento, la ciudad hispalense es una de las más baratas para festejar este momento en comparación con otras urbes españolas.
Así lo desvela un informe realizado por el portal especializado en oferta y demanda Pronto Pro y la agencia de eventos Kubalu Events, que han analizado los cambios en esta ceremonia, que en los años previos al Covid había dejado de ser un acontecimiento familiar para convertirse en un acto social, similar a las bodas. La pandemia, en este sentido, ha traído mesura a este acto religioso.
Según el citado estudio, en Sevilla celebrar la primera comunión cuesta una media de 1.700 euros, una cifra que supone un abaratamiento del 13% respecto a la media nacional, fijada en 1.950 euros. Esta cantidad la sitúa como la segunda ciudad más económica de España para celebrar dicho sacramento. Por delante sólo se encuentra Las Palmas de Gran Canaria, donde el coste ronda los 1.650 euros. Completa esta terna Murcia, con un precio de 1.750 euros.
En el polo opuesto se sitúa Bilbao, con un coste promedio de 2.150 euros; lo que equivale a un 21% más que el conjunto nacional. Le siguen Madrid y Barcelona, con unos costes de 2.150 y 2.100 euros, respectivamente.
Cinco servicios analizados
Para comparar estos costes el portal Pronto Pro ha realizado un estudio entre los profesionales que lo integran y ha contado con la colaboración de la agencia Kubalu Events. Con tal fin, se han analizado los precios de los servicios ofrecidos en distintas ciudades españolas por el fotógrafo, el catering, el animador, el barman y el florista. Quedan aquí excluidos, por tanto, los gastos correspondientes a los trajes que lucen los niños en tan entrañable día, que también constituye un importante coste para la economía familiar. Un estudio previo a la pandemia fijaba el precio del vestido para los niños en una media de 160 euros y en las niñas, de 225, cifras que, dos años después, se mantienen casi inalterables.
¿A qué obedece, por tanto, que en Sevilla cueste celebrar una primera comunión 450 menos que en Bilbao? Pues, según han explicado fuentes de Pronto Pro a Diario de Sevilla, se debe a que las tarifas fijadas por los servicios mencionados resultan más baratas que en otros puntos del país. "Un fotógrafo, un salón de celebraciones o un catering cobra menos en Sevilla que en otras ciudades españolas", advierten desde la plataforma.
Al margen de la comparativa, a este abaratamiento hay que añadirle otra factor circunstancial: la pandemia del Covid, que ha devuelto a las primeras comuniones el ambiente familiar que había perdido hace décadas, cuando este sacramento había acabado convertido, por la forma de celebrarlo, en una boda, ya que hasta se incluía barra libre para los numerosos invitados.
Menos invitados
Con el objetivo de minimizar el riesgo de contagio, la tendencia actual es organizar una fiesta lo más íntima posible, lo que supone la reducción de aforos (y, por tanto, la lista de invitados) y la elección del recinto donde tiene lugar la celebración. De esta forma, ahora se opta por espacios al aire libre o, en su defecto, salones muy amplios y bastante ventilados. Donde antes se celebraban dos o tres comuniones de familias distintas a la vez, ahora se reserva para una.
También hay que incluir en los gastos para afrontar la primera comunión el animador que se contrata para distraer a los niños (ronda los 200 euros), los obsequios de recordatorio (unos 150 euros) y la mesa de golosinas (de 150 a 300 euros).
Por otro lado, la pandemia también ha provocado que muchas parroquias (especialmente las de menor tamaño) tengan que distribuir a los niños que van a tomar por primera vez el cuerpo de Cristo en grupos más reducidos, por lo que en una mañana pueden celebrarse dos o tres ceremonias religiosas, de manera que se garantice en el templo, al menos, la presencia de los menores y sus familiares más allegados (los padres, por regla general).
Con estos estos condicionantes, la situación que se vive este año difiere bastante de la de 2020, cuando la mayoría de las comuniones se aplazaron al verano y muchas no se celebraron hasta otoño, antes de que estallara la segunda ola del Covid. Al menos, en este 2021 tienen lugar en la Pascua, el tiempo litúrgico propio para comulgar por primera vez.
