Un sevillano al que siempre le atrajo el mundo asiático. Rafael Ortiz ha logrado poner una pica no en Flandes, sino en Shanghai, esa ciudad china que se ha convertido en un referente de la arquitectura y un universo de posibilidades para numerosos licenciados españoles. Este joven decidió el año pasado crear su propia empresa allí y ya ha logrado hacerse un nombre en el mercado nacional con varios proyectos. Todo un hito para quien ha encontrado en el mundo asiático una consolidada vía de futuro.

Rafael Ortiz estudió en el Colegio San Francisco de Paula. Una vez que concluyó las enseñanzas de Bachillerato se matriculó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla. Acabada la carrera estuvo dos años trabajando en España. Pasado este tiempo comenzó su formación en el extranjero. Fue admitido en el Pratt Institute de Nueva York, donde estudió el Graduate School of Architecture. Allí obtuvo la beca Architecture and Urban Merit Scholarship hace cinco años.

El último lustro ha sido muy fructífero para este sevillano con vocación internacional. Cursó el Master of Science in Architecture y trabajó para el afamado -y polémico- artista Vito Acconci en su estudio neoyorquino. Pero, sin duda, el otoño de 2010 marcaría definitivamente el rumbo de su trayectoria profesional.

En octubre de aquel año a Rafael Ortiz le llegaron varias propuestas para trabajar en Japón y Shanghai. Finamente optó por esta última ciudad, donde sus primeros pasos los desarrolló como project manager (gestor de proyectos) en la firma gala AS-Architecture Studio. Dicha empresa fue la que diseñó el parlamento europeo en Estrasburgo. Los motivos para trasladarse a Shanghai los tuvo claros desde el principio: "Cuando me encontraba en Nueva York llegó un momento en el que estaba más interesado en trabajar en un entorno con mayor potencial de desarrollo en el campo de la arquitectura y la construcción". Un aliciente, además, lo constituían los proyectos que se estaban terminando para la Expo 2010 de la referida ciudad china. A ello se une la atracción por la cultura asiática. "La arquitectura y la cultura de Asia, tanto contemporánea como tradicional, siempre me han interesado bastante en diferentes aspectos y ámbitos", detalla este joven.

El interés por integrarse en la sociedad china le llevó a colaborar con varias empresas locales de Shanghai y Nanjing durante año y medio. Adquirida la experiencia necesaria y una vez que conoció este mercado asiático, Ortiz se dispuso a abrir su propio estudio en Shanghai a mediados del año pasado: O+R Studio.

Entre los proyectos en los que ha colaborado con otras entidades locales o internacionales se encuentra el concurso para el diseño de interiores del Centro de Convenciones para las Olimpiadas Juveniles de Nanjing 2014 o la propuesta para el diseño de la línea 1 de metro en Fuzhou. También resulta destacable el proyecto de los Smoking Points en Tokio. "Este último, pese a no ser un diseño de gran escala, tiene muchos puntos de interés como estrategia para implantar espacios móviles en una gran ciudad como Tokio", apostilla Ortiz.

Ha impartidoconferencias en universidades de acreditada fama en el ámbito de la arquitectura, como la South East University (Nanjing). También participó en el Shanghai Architects Fair (SAF), coorganizado junto a otro sevillano que trabaja en Shanghai, Pablo León,donde compartió ponencia con arquitectos internacionales como Makoto Sei Watanabe e Hina Jamelle.

La intención ahora es, tras un periodo de colaboración con empresas locales, conseguir proyectos en los que se intervenga "con mayor autonomía". Actualmente se encuentran diseñando una villa de verano para una ciudad cercana a Shanghai. Rafael Ortiz considera muy interesante el momento que vive el merado inmobiliario chino "sometido a un proceso de cambio o reajuste, donde las iniciativas públicas están modificando la dirección que han mantenido antes".